El precio del carbón limpio por Antonio Cerrillo

Entre otras razones, porque entre el 20% y el 30% de la electricidad generada en una moderna central de este tipo se necesita para mover las unidades de combustión limpia del carbón. "Evidentemente, tendrá más costes que una planta de carbón convencional, pero es el precio que hay que pagar por la electricidad limpia, sin generación de CO2", afirma Cortés. "Lo que habrá que hacer, en cualquier caso, es trabajar para abaratar los costes. Todas las nuevas tecnologías tienen siempre lo que llamamos una curva de aprendizaje. Es un camino obligatorio que debemos recorrer", agrega. Si no, las nuevas tecnologías no podrían nunca abrirse paso. Todo indica, pues, que en el futuro los costes eléctricos deberán incorporar las primas al carbón limpio.

Mientras tanto, la tendencia hacia la construcción de centrales térmicas con carbón limpio será una necesidad imperiosa para las compañías eléctricas, pues éstas cada vez tendrán menos derechos autorizados para poder seguir emitiendo CO2. Ahora, estas compañías sólo obtienen el 80% de los derechos de emisión que necesitan (el resto deben comprarlos en el mercado); a partir del 2013 se reducirán todavía más cada año; y, además, a partir de entonces ya no serán gratuitos, sino que habrá que ir a comprarlos en una subasta europea. Por lo tanto, en la medida en que estos derechos de emisión sean cada vez más caros, las eléctricas optarán por la tecnología de carbón limpio, sin CO2. Al menos, este es el esquema teórico.

Sus partidarios señalan que estas nuevas tecnologías podrían situar a España en la punta de lanza de la investigación, de la misma manera que la han situado en materia de fuentes renovables. La ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, lo apoya: "Es necesario estar en la primera línea en el desarrollo de todas las tecnologías que nos permitan combatir el cambio climático sin efectos negativos sobre la competitividad y el empleo; y el almacenamiento geológico es una de ellas", dice.

De hecho, el almacenamiento geológico con dióxido de carbono se ha convertido en uno de los objetivos estratégicos de la UE para mitigar el calentamiento a medio y largo plazo. Los expertos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU piden que los países desarrollados reduzcan sus emisiones entre un 80% y un 95% para el 2050. Y, por eso, "la captura y el almacenamiento geológico de dióxido de carbono pueden evitar emisiones generadas por las centrales térmicas; además, éstas, ineludiblemente, van a seguir teniendo un papel en los próximos años", recuerda Espinosa. Se estima que esta tecnología permitiría evitar en el 2030 emisiones que representan aproximadamente el 15% de las reducciones exigidas en el ámbito de la UE.

También los estudios que maneja Medio Ambiente indican que, sin almacenamiento de carbono, lograr una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 30% en el 2030 tendría unos costes un 40% superiores que si se emplea esta tecnología. "No estamos hablando de renunciar a medidas que son fundamentales para luchar contra el cambio climático, como son la promoción de la eficiencia energética o las energías renovables, sino de complementarlas con una tecnología que puede hacer posible la continuidad de una parte de nuestra generación convencional de electricidad (con carbón), de la que difícilmente podemos prescindir a corto plazo. Así, evitamos que las emisiones contribuyan al calentamiento global", dice Elena Espinosa. Los grupos ecologistas creen, sin embargo, que el carbón limpio puede distraer los esfuerzos en materia de ahorro y eficiencia energética y promoción de las energías renovables, como los aerogeneradores de energía eólica, la fotovoltaica y la termosolar.

Empieza en Burgos la investigación para enterrar C02

Los gases de la planta piloto de captura de CO2 se inyectarán en Hontomín, en Burgos | La investigación persigue conocer el comportamiento del CO2 en el subsuelo

El anhelo de almacenar el dióxido de carbono (CO2) bajo tierra, con el fin de mitigar el calentamiento, está algo más cerca. Los planes para que las futuras plantas térmicas de carbón limpio no emitan estos gases de efecto invernadero avanzan con rapidez. Y los primeros pasos se están dando también en España, de la mano de la fundación pública Ciudad de la Energía (Ciuden), radicado en Ponferrada (León), en colaboración con Endesa. La iniciativa promueve una planta piloto de captura de CO2 de 30 MW en Compostilla (León) y la primera planta de investigación sobre almacenamiento subterráneo en Hontomín (Burgos). Este es uno de los seis proyectos europeos para demostrar la viabilidad de las modernas tecnologías para producir electricidad con carbón limpio (con captura y almacenamiento de CO2) y combatir el cambio climático. El CO2 generado en la planta piloto de Compostilla será inyectado bajo tierra en Hontomín, en donde se llevan ya a cabo las tareas de investigación sobre el terreno.

Los trabajos para desarrollar estos primeros desarrollos tecnológicos en materia de almacenamiento de CO2 avanzan "a buen ritmo", explica Modesto Montoto, director del programa de almacenamiento de CO2 de Ciuden. La instalación de Hontomín deberá estar concluida el año próximo, de manera que las primeras experiencias de inyección del CO2 en el subsuelo podrían iniciarse a finales del 2011.

El lugar elegido es un subsuelo con aguas salobres (que no se usan para abastecimiento) en la cuenca del Duero. Concretamente, el CO2 se inyectará en una formación de rocas calizas para ser almacenado a unos 1.400 metros de profundidad. El gas, sometido a presión, deberá alojarse en los poros de la roca caliza, empapada de agua salobre. Ésta deberá actuar como una esponja. Allí, el CO2 deberá disolverse y reaccionar con los minerales de la roca para formar nuevas mineralizaciones y quedar confinado. En los huecos de esas rocas porosas deberá, pues, incrustarse el CO2 que no queremos que salga en la atmósfera. Y, por encima, existe una capa geológica no porosa ni permeable para garantizar el sellado y evitar que el CO2 salga a la superficie.

Montoto precisa que el objetivo prioritario de Ciuden es "conocer todas las actividades que rodean una planta de almacenamiento de CO2 y desarrollar la tecnología para que los futuros almacenamientos industriales sean factibles, seguros y económicos". En los próximos años, las térmicas de carbón deberán enterrar el CO2 en el subsuelo; y por eso se trata de conocer todas las circunstancias que esto supone en cuanto a viabilidad técnica, tecnológica y económica.

Al elegir el emplazamiento de Hontomín, Ciuden ha buscado una estructura geológica óptima y poder contrastar todas las variantes de las tecnologías que deberán ser empleadas en este tipo de operaciones de almacenamiento. Sólo se inyectará un máximo de 100.000 toneladas de CO2 atendiendo la normativa europea para estas investigaciones.

"Nuestra misión es imitar la naturaleza, que ya ha hecho almacenamientos de este tipo, de gas o de petróleo. Se trata de ver qué tipos de ensayos permiten garantizar que se va a actuar de la misma manera que lo ha hecho la naturaleza", dice Montoto.

Los primeros trabajos han consistido en caracterizar el terreno con reconocimientos sísmicos en tres dimensiones, tras lo cual podrán empezarse los sondeos. A partir de ellos, se podrá conocer mejor la rocas que van a actuar como almacén o como sello, detectar las posibles vías de fuga, concretar la capacidad de almacenamiento o analizar cómo se mueve esa agua salada en la que debe quedar atrapada el CO2.

completa el ciclo del carbón limpio que se iniciará en la planta de captura de CO2 de Compostilla, en donde se incorporará un sistema de combustión del carbón con oxígeno (en lugar de aire), lo que permite obtener una corriente pura de gran concentración de estos gases. Así, se evitará su emisión a la atmósfera, conducirlos y enterrarlos. Los primeros envíos del CO2 hasta Hontomín se harán en camión, aunque en el futuro, la previsión es que este tipo de transporte de CO2 –desde las térmicas de carbón limpio hasta los lugares de almacenamiento– se haga mediante grandes conductos (como los actuales gasoductos u oleoductos), según los planes esbozados por la UE.

La planta de captura de CO2 de Compostilla tendrá 30 MW, pero el acuerdo de colaboración firmado entre Ciuden y Endesa pretende avanzar hacia la posible construcción de una planta industrial de 300 MW con esta tecnología (en una segunda fase). Sería la primera planta industrial del mundo en su especialidad (oxicombustión y en lecho fluido) y estaría lista en el 2015. Sin embargo, la financiación europea sólo cubre 180 millones de euros hasta el 2012, mientras que la futura planta industrial de 300MWcostaría 1.400 millones. El almacenamiento del CO2 generado a partir del 2015 en la planta industrial no tiene destino definido.

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