China cierra miles de fábricas contaminantes

China, segunda economía mundial y primer emisor mundial de CO2, ordenó el cierre de miles de fábricas contaminantes para sanear su imagen antes de recibir, en octubre próximo, una conferencia preparatoria de la cumbre sobre cambio climático de Cancún.

Los dirigentes chinos quieren mostrarse responsables, aunque siguen argumentando que emiten menos gases de efecto invernadero por habitante que los países desarrollados.

En las últimas semanas el gobierno ordenó el cierre de 2.087 acerías, cementeras, fábricas de aluminio y vidrio para fin de septiembre, so pena de que se les interrumpa el suministro energético y que se prive del acceso al crédito a sus propietarios.

Las autoridades ya aplicaron sanciones en la provincia de Anhui (cerca de Shanghai), donde más de 500 fábricas que no redujeron lo suficiente sus emisiones vieron interrumpido por un mes el suministro de electricidad.

Una docena recibió la orden de cerrar definitivamente, mientras que las otras deberán reducir su capacidad de producción, señaló la prensa china. Las provincias vecinas también tomaron medidas en la misma sintonía.

En Nanjing, capital de Jiangsu, 1.000 empresas vieron cómo el gobierno puso un tope a su consumo eléctrico y un número no determinado de fábricas tuvo que suspender su producción.

En la vecina provincia de Zhejiang, 69 empresas de la ciudad de Jinhua sufren un racionamiento desde julio hasta septiembre, y en Shaoxing unas 200 compañías viven la misma situación aunque hasta fin de año.

En julio, Pekín anunció el fin de las tarifas preferenciales de electricidad a las industrias intensivas en consumo energético, que habían reducido sus facturas de 15.000 millones de yuanes (1.700 millones de euros).

El gobierno chino intenta con estas medidas dar mejorar su imagen ambiental tras de haberse comprometido en la cumbre de Copenhague a reducir 45% su intensidad de carbono, es decir sus emisiones de CO2 por unidad de PIB para 2020, con respecto al año 2005.

Para alcanzar este objetivo el país destinará 738.000 millones de dólares en la próxima década para producir 15% de su electricidad con energías renovables, principalmente hidráulica, eólica y solar (fotovoltaica y termosolar).

China cuenta con varios fabricantes de aerogeneradores, y el año pasado fue el país que más potencia eólica instaló, y es también el más avanzado en el desarrollo de los vehículos eléctricos y las baterías de litio. China es también el mayor productor de fotovoltaica, aunque la mayoría de la producción se exporta.

A fines de 2009 China redujo su intensidad energética de 14%, pero durante el primer semestre de este año volvió a aumentar levemente (0,09%). Este es el primer aumento desde 2006.

En octubre, se organiza en Pekín una conferencia sobre el clima antes de la cumbre de la ONU de Cancún (México) prevista para fin de año y destinada a encontrar un acuerdo que reemplace el protocolo de Kioto que expira en 2012.

En este contexto, si China se aleja de su objetivo de reducción para 2010 "su credibilidad con respecto a sus compromisos sobre el cambio climático hará mella a nivel internacional", estimó Damien Ma, de Eurasia Group, una firma de consultores establecida en Nueva York.