La energía eólica sufre el acoso nimby en Alicante

En la Comunidad Valenciana hay 986,99 megavatios de potencia eólica instalada, ocupando un sexto lugar, y por delante de Navarra y Cataluña.

La Generalitat prevé alcanzar 2.300 megavatios de energía eólica y una producción de 5.500 GWh de energía eléctrica.
 
Ya hay parques eólicos en Valencia y Castellón, pero en Alicante sufren el acoso de los que prefieren el CO2 y los residuos radiactivos, y al día de hoy no se ha instalado ningún parque eólico, a pesar de haber catorce proyectos eólicos, según el Plan Eólico de la Comunitat Valenciana.

Los promotores deben enfrentarse a una larga tramitación administrativa y a una Declaración de Impacto Ambiental, donde se requiere a la energía eólica lo que no se pide a ninguna otra fuente energética, a pesar de que la eólica es la energía con menor impacto ambiental, pues no emite CO2 ni ningún contaminante, no genera residuos radiactivos, no consume agua ni territorio, pues cada aerogenerador apenas ocupa unos 150 metros cuadrados.
 
El impacto sobre las aves de los aerogeneradores es ínfimo, comparado con otras fuentes energéticas, y con otras causas, como los gatos domésticos, la caza o los vidrios de las ventanas. La percepción paisajística es subjetiva, y en muchos casos, por no decir todos, atraen mucho más turismo del que pueden alejar.

La apuesta de la Conselleria de Infraestructuras por la energía eólica sigue sin implantarse en Alicante, ante los obstáculos burocráticos y una desaforada campaña en contra de la energía más limpia, similar a la que se padece en Cantabria o en Cádiz con la eólica marina.

El Plan Eólico de la Comunitat, impulsado por la Generalitat, que hace de la energía eólica un elemento básico para conseguir la autosuficiencia energética y reducir las emisiones de CO2, se enfrenta a una permanente campaña, por razones políticas en muchos casos, y encaminada a desgastar al gobierno local. En Alicante, como en otros lugares, hará falta liderazgo.

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