El Sáhara, futura batería solar de Europa por Antonio Cerrillo

La planta termosolar en construcción de Lebrija, a 60 kilómetros de Sevilla, simboliza la nueva manera de producir electricidad limpia. Es otra catedral del sol. El recinto, de 1,2 km de largo por 1,1 km de ancho, alberga 6.048 colectores solares en forma de parábola y casi 170.000 espejos. Si se pusieran en fila uno detrás de otro, medirían 72 kilómetros. Impresiona este laberinto de captadores preparados ya para recibir la radiación y calentar un aceite que generará vapor que moverá las turbinas para producir electricidad equivalente al consumo de 50.000 familias a partir de enero. El campo solar es el buque insignia con el que sus propietarios (Siemens y Valoriza) muestran su apuesta por la energía solar. Pero si las plantas solares empiezan a menudear en Andalucía (donde funcionan seis centrales termoeléctricas), ¿no podrían construirse muchas más en el norte del África, o en el Sáhara, donde hay más radiación solar?

En esto empieza a pensar la industria solar. Y algunos datos avalan ese anhelo. Los desiertos del planeta reciben en sólo seis horas más energía del sol que la que la humanidad consume en un año. Sólo ocupando el 0,3% de la superficie de los desiertos de Oriente Medio y del norte de África, se podría producir la electricidad necesaria para satisfacer las demandas de estos países y de Europa. Estimaciones y cálculos tan futuristas como estos no son ya una referencia utópica. Empiezan a ser tenidos en cuenta en los planes de empresas y gobiernos europeos.

La idea cobra fuerza, además, por los compromisos de la UE para lograr que el 20% de la energía consumida sea de fuentes renovables en el año 2020, mientras que el final más o menos cercano del petróleo crea las condiciones para que se empiece a mirar al norte de África y al Sáhara como futura gran batería solar para Europa. El gran factor que alimenta este objetivo es el éxito de las centrales eléctricas de concentración solar (plantas termosolares) que marcan una nueva manera de producir electricidad a gran escala. Y la de Lebrija es sólo el último ejemplo. La ciencia vuela. La plataforma solar del desierto de Almería, donde se fueron gestando a la sombra estas modernas tecnologías, era el laboratorio de un futuro incierto hace sólo hace 15 años. Ahora, las plantas de concentración solar son una realidad.

Por todo eso, la UE ha esbozado el Plan Solar del Mediterráneo, una iniciativa promovida en el 2008 cuya misión es allanar el camino a los planes para unir ambas riberas del Mediterráneo con proyectos de energía solar y grandes líneas de alta tensión sobre los fondos submarinos (por Marruecos- Gibraltar, Malta-Sicilia o por Turquía).

Pero los primeros interesados en estas inversiones son las empresas del sector. Y en este sentido es muy relevante que se haya creado la Iniciativa Industrial Desertec, un consorcio integrado por 17 empresas europeas –sobre todo alemanas– que hará los estudios y la promoción para hacer realidad la producción limpia (solar, eólica…) en el norte de África para Europa. En la plataforma participan las españolas Abengoa Solar o Red Eléctrica de España (además de ABB, RWE, E.ON, Enel Green Power o Siemens…).

La misión de este consorcio es desbrozar el camino y hacer propuestas para introducir cambios legales y una nueva regulación que facilite las cosas. El hecho de que en Desertec estén empresas que ya actúan en el norte de África ayudará a allanar el camino.

"Desertec es una plataforma industrial que quiere brindar el apoyo del sector privado y su experiencia para poder llevar a cabo el Plan Solar del Mediterráneo, porque, a fin de cuentas, sabemos que, al final, serán los políticos quienes deberán llegar a acuerdos internacionales para concretar estos planes", dice Michel Geyer, director de proyectos internacionales de Abengoa Solar. Esta empresa es pionera en el desarrollo de las plantas de concentración solar (llamadas también termosolares), que engloban diversos tipos de tecnologías que aprovechan la radiación solar para obtener energía y producir electricidad (de torre central, canal parabólico…).

Para el 2050, el objetivo de Desertec es que los proyectos de energía renovables en el norte de África y Oriente Medio cubran un 15% de la demanda europea. "Nuestra intención es que durante los próximos dos o tres años, todas las compañías que forman el consorcio Desertec estudien las condiciones políticas, industriales y financieras que nos afectan, de manera que a partir de esos estudios se puedan empezar los trabajos para hacer realidad los proyectos", dice Bernd Utz, director de las iniciativas Desertec de Siemens.

Parar concretar estas intenciones, la UE ha previsto en su nueva directiva sobre energías renovables la posibilidad de que se realicen proyectos conjuntos entre países miembros de la UE y países terceros, con la finalidad de que las naciones europeas puedan alcanzar sus metas sobre energías renovables (el 20% en el año 2020). De hecho, estos acuerdos pueden ser imprescindibles para que algunos países sin fuentes renovables (por ejemplo, Luxemburgo) puedan alcanzar esas metas. La electricidad verde producida en el norte de África debería ser transportada a Europa (con envíos verificables) mientras que en el interior de la UE no haría falta un transporte físico (es decir, que el kilovatio producido en Argelia llegue a Holanda por ejemplo), sino que, al haber una interconexión europea, bastaría controlar este flujo con intercambios estadísticos.

¿Pero qué requisitos se necesitan más para que estos proyectos se abran paso en el Sáhara? Luis Crespo, secretario general de Protermosolar (la asociación de empresas de sector), lo tiene claro. Se necesita que el país receptor de la inversión en África "facilite los permisos y tramitaciones para encontrar terrenos y construir la planta". Segundo, la creación de organismos o agencias europeas "solventes, que den garantías de que se va a permitir hacer un contrato de compra de electricidad a largo plazo para hacer posibles que la planta se construya y que las inversiones obtengan un retorno". Y, finalmente, "habrá que hacer inversiones compartidas con joint ventures formada por inversionistas europeos y promotores del propio país". Además, para que salgan los números de la inversión, se debería recurrir a un sistema de primas en la tarifa de electricidad para remunerar la producción limpia siguiendo el exitoso modelo que ha permitido el despegue de la industrial solar en España.

Echar el cable

Las modernas redes de corriente continua tienen menos pérdidas. En China ya funcionan tendidos de hasta 1.400 km de longitud | Argelia y Marruecos han construido sus primeras plantas mixtas gas-solar.

Los planes para llevar energía solar del norte de África a Europa comportarán crear redes transmediterráneas (por Gibraltar, Malta-Sicilia o Turquía). Las largas distancias son ciertamente un obstáculo técnico, pero esta barrera empieza a ser salvable. "Se están desarrollando dispositivos de corriente continua de alta tensión, lo que plantea soluciones muy sugerentes", destaca Valeriano Ruiz, catedrático de termodinámica de la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla.

Los tendidos tradicionales de corriente alterna suponen pérdidas de fluido del 10%. mientras que los nuevos tendidos de corriente continua las reducen al 3%. Así, este año la central hidroeléctrica de la provincia china de Yunnan quedará unida con la Guangdong, en la costa, a 1.400 kilómetros. "En el proyecto Desertec, al principio, no será necesario hacer líneas tan largas. La UE ya tiene líneas de transporte buenas; así es que con pequeñas conexiones será posible llevar la energía", dice Bernd Utz, de Siemens.

No es casualidad que en Desertec se haya implicado Red Eléctrica de España, que gestiona el transporte de electricidad. "La única interconexión eléctrica operativa que hay ahora entre África y Europa se hace entre Marruecos y Gibraltar", recuerda José Manuel Rodríguez, de Red Eléctrica.

Mientras, el hecho de que se estén construyendo las primeras plantas solares en el norte de África es un buen augurio. Argelia ha propiciado la construcción de una planta mixta con gas y energía solar (de canal parabólico) que recibe una prima. En Marruecos, la Oficina Nacional de la Electricidad ha construido otra planta híbrida (gas/solar) en Aïn Beni Mathar. Y en Egipto, se construye la planta solar en Kuraymat, a 95 kilómetros de El Cairo.

"Muchos países del norte de África y de Oriente Medio están convencidos de que por razones ambientales y de protección del clima hay que fomentar la energía solar; incluso lo piensan países petroleros, que se dan cuenta de que sus recursos fósiles son limitados", dice Michel Geyer, de Abengoa. Algunas voces interpretan, en cambio, que algunos países petroleros serán reticentes. Pero no sus promotores. "Cuantos más países de África haya en Desertec, mejor; así será un proyecto más grande. Pero ningún país va a bloquear esta iniciativa. Si no quieren estar, seguiremos sin ellos", dice Utz.

Los proyectos en el norte de África deberán favorecer el desarrollo local y reforzarán sus redes nacionales. Puede generarse energía para ser consumida in situ, pero para que las inversiones sean rentables la electricidad debe ser vendida en Europa (donde será mejor pagada), recuerda Luis Crespo, de Protermosolar.

www.desertec.org/