Las empresas eólicas danesas exportaron por 5.700 millones de euros en 2008 por José Santamarta

La eólica representa ya el 20% del consumo eléctrico danés. Por haber empezado los primeros, en la década de los setenta, las empresas eólicas danesas ganaron una ventaja competitiva de la que aún disfrutan, pues casi la mitad de los aerogeneradores que se venden en todo el mundo siguen siendo daneses, sobre todo de Vestas, e incluso el gigante Siemens debe su división eólica a la adquisición de una empresa danesa.

Ello se refleja también las exportaciones, con un crecimiento de un 20% en 2008 respecto a los 4.700 millones correspondientes al año anterior. Quizás por ello el lobby antieólico estadounidense ha realizado un "estudio" contra la eólica danesa, al igual que hizo con España (el infame panfleto de un tal Calzada) o con Alemania.

La facturación bruta del sector eólico danés en 2008 creció un 29%, hasta alcanzar los 11.400 millones de euros, un salto importante respecto a los 8.800 millones de 2007.

En términos de empleo, el éxito es equivalente: su número aumentó en un 20%, pasando de 23.500 en 2007 a 28.400 en 2008. No obstante, y debido a la crisis financiera, la patronal eólica DWEA prevé que esta cifra descienda a 26.000 empleados en 2009, por esa crisis tan profunda y generalizada que padecemos desde hace un año.

La eólica representa el 7,2% de las exportaciones de Dinamarca, según Jan Hylleberg, consejero delegado de la Danish Wind Industry Association, DWEA.

Dinamarca, pionera en eólica marina

El primer parque eólico marino, compuesto por 11 aerogeneradores, se construyó en Dinamarca en 1991 en el mar Báltico y, en 2002, tras la puesta en marcha de varios parques con distinta potencia, se inauguró el parque de Horns Rev, el más grande del mundo en su momento con 80 aerogeneradores y con una potencia instalada de 160 MW.

La experiencia de la eólica marina en Dinamarca ha requerido una importante inversión económica, pero la producción de electricidad es más estable y un 20% superior a la energía eólica terrestre. Además, la vida útil del parque, con un buen mantenimiento, puede llegar a duplicarse.

En la actualidad el 50% del consumo eléctrico doméstico danés proviene de la eólica. La energía eólica procedente del mar podría cubrir hasta el 75% de la demanda energética de Dinamarca, según recoge un Informe llevado a cabo por el Ministerio de Transporte y Energía danés.

En palabras del ministro de Energía de Dinamarca, Flemmin Hansen, "los parques eólicos marinos representan el futuro de la energía eólica" y, aunque estas instalaciones son más caras que los parques terrestres, "deberían tener prioridad" según Hansen, debido a su menor impacto visual.

En la actualidad, Dinamarca cuenta con un litoral de 7.000 kilómetros donde existen fuertes vientos nórdicos. Sin embargo, según demuestran los resultados de un grupo de trabajo encargado de analizar la potencialidad del recurso, sólo existen 23 emplazamientos idóneos que puedan compatibilizar recursos eólicos con la viabilidad técnica y económica.

En este sentido, Hansen reclamó la óptima explotación de estos 23 emplazamientos agrupados en siete zonas de las costas danesas ya que, según afirmó el ministro, "el Informe demuestra que el potencial eólico marino es enorme y cuantos más aerogeneradores podamos colocar en el mar, menos necesitaremos en tierra".

Potencia eólica instalada en Dinamarca

1996-726 MW
1997-968 MW
1998-1.216 MW
1999-2.241 MW
2000-2.140 MW
2001-2.489 MW
2002-2.892 MW
2003-3.117 MW
2004-3.125 MW
2005-3.129 MW
2006-3.136 MW
2007-3.125 MW
2008-3.189 MW

Better Place y DONG Energy colaboran para ofrecer coches eléctricos asequibles en Dinamarca

Las empresas Project Better Place y DONG Energy han firmado un principio de acuerdo para trabajar de forma conjunta en el desarrollo de un proyecto para ofrecer en Dinamarca vehículos eléctricos con unos precios asequibles, informaron ambas compañías.

Tanto Better Place como DONG Energy resaltaron que esta iniciativa se enmarca dentro de sus estrategias orientadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los automóviles a nivel global y concretamente en Dinamarca.

De esta manera, Better Place Dinamarca ofrecerá, en los próximos años, vehículos eléctricos equipados con baterías de litio respetuosas con el medio ambiente, que ofrecen el mismo comportamiento en carretera que los vehículos de combustión, pero sin emisiones de CO2.

La industria eólica danesa es pionera mundial del sector. En el 2008 un 20% de la energía eléctrica en Dinamarca provino de la eólica, más que ningún otro país en el mundo. Pero el viento es un recurso que no se puede regular, así que el sistema eléctrico danés tiene que ser gestionado para poder acomodar la producción de los aerogeneradores.

Cuando el consumo de electricidad en Dinamarca es muy bajo y hay mucho viento, la red debe exportar esa energía, y venden muy barata esa electricidad a sus vecinos. En algunas ocasiones la han llegado casi a regalar. Si Dinamarca incorpora un número suficiente de estaciones de recarga de baterías para automóviles eléctricos, pueden utilizarlas para almacenar la energía excedente durante esas situaciones. La eólica y el coche eléctrico se complementan.

Por ese motivo Dong, una empresa pública, está apostando por este programa. El gobierno danés también ayuda: los vehículos eléctricos están libres de impuestos. Los coches normales, sin embargo, tienen los precios más caros de toda Europa.

La experiencia danesa sigue siendo un ejemplo, y tiene mucho que enseñar a países como España. Frente a tanto indocumentado que se opone a la eólica marina, hay que hacer lo controrio: aprovechar nuestros recursos, mantener las primas y seguir desarrollando una industria que crea empleos, tejido industrial, aprovecha los recursos autóctonos y reduce el impacto ambiental.

Hoy algunos grupos se pronuncian, una vez más, contra la energía eólica, por razones "ambientales". Por supuesto que su discurso simplista y demagógico sólo hace el juego a la derecha conservadora a la que tanta cancha dan los medios de prensa ultraconservadores de Murdoch, lanzada a una campaña contra las energías renovables porque son "caras", obviando el coste de las externalidades ambientales.

Ese tipo de ecologismo conservador nos conduce a impedir cualquier alternativa real al cambio climático, a los residuos radiactivos y a la proliferación nuclear. La eólica, con los coches eléctricos, es la solución estratégica para frenar el cambio climático. Lo otro es el callejón sin salida.

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