Maniobras del gobierno de Nicaragua contra el parque eólico Amayo

Un barco de bandera portuguesa, con once torres y sus respectivos aerogeneradores, se encuentra anclado desde hace dos días frente al puerto de Corinto, sin poder desembarcar la carga que viene a nombre de la empresa Amayo, generadora de energía eólica.

Cada día que el barco permanece anclado frente a Corinto representa un costo de 20 mil dólares para la empresa, pero lo peor es que se atrasa aún más la instalación de los aerogeneradores que vendrían a constituir lo que se conoce como Amayo II, una ampliación en 23 megavatios de la capacidad del parque eólico Amayo, instalado en el istmo de Rivas.

Amayo opera desde principios de año generando, a capacidad total, 40 megavatios de energía renovable, que es mucho más barata que la energía térmica, a base de búnker, usada en el 80 por ciento de la generación eléctrica del país.

Representantes de Artas, la empresa propietaria del Consorcio Eólico Amayo, se reunieron en Managua la semana pasada con Fritz Jacobson y Charles Parsons (del proyecto Eolo) para buscar una salida negociada al problema generado por la decisión del Ministerio de Energía de revocar la licencia provisional de generación a Amayo.

Fuentes empresariales senalan a Eolo como el principal interesado de la revocación de la licencia de Amayo para ampliar su inversión. Eolo se constituyó con el respaldo del multimillonario mexicano Carlos Peralta (llegó al país en diciembre invitado por el general Humberto Ortega para reunirse con el presidente Daniel Ortega y el ministro de energía Emilio Rappacciolli) y cuenta con la participación de GE Wind.

La empresa no ordena el desembarque de la maquinaria debido a que el Gobierno se niega a exonerarla de impuestos. El costo de esta nueva inversión es de 60 millones de dólares.

A finales de agosto el Ministerio de Energía y Minas (MEM) revocó repentinamente la licencia provisional que había otorgado un mes antes a la empresa Amayo para la ampliación de su parque eólico y debido a que la licencia está revocada, la empresa no puede gozar de la exoneración.

En aquella ocasión, según declaraciones del ministro Emilio Rappaccioli, la licencia provisional fue revocada porque Amayo “había iniciado obras de construcción” en el sitio contando sólo con la licencia provisional y no con la permanente.

“Una de las condiciones es que se debe tener la licencia de generación autorizada. Amayo, que conoce muy bien las leyes de la industria eléctrica, hizo caso omiso y no cumplió con las condiciones”, dijo Rappaccioli en esa oportunidad al diario digital oficialista El 19. El pasado 28 de agosto, Sean Porter, representante de Amayo, dijo en tono optimista a LA PRENSA que todo había sido “un mal entendido… Nosotros tuvimos una mala interpretación de las leyes”.

Sin embargo, han pasado más de 15 días, el barco con la maquinaria finlandesa (ensamblada en la India) ya se encuentra frente a las costas de Corinto y el MEM aún no resuelve el mal entendido.

Pero de fondo, el problema es que una supuesta falta burocrática podría terminar perjudicando a los nicaragüenses.

Según fuentes de la industria consultadas, “en enero esos 23 megavatios que están paralizados quién sabe por cuánto tiempo van a ser necesarios, ya que con la sequía no va a haber generación hidroeléctrica”.

Si para enero Amayo II no está funcionando, el Gobierno tendrá que echar mano de las carísimas plantas generadoras a base de búnker, o peor aún, de las Hugo Chávez, que funcionan a base de diesel, una generación más cara.

Por otro lado, hay fuentes del sector que consideran que lo que está en juego y mantiene varado el barco frente a Corinto no es una simple transgresión de una licencia provisional, sino que hay intereses económicos que quieren entrar a jugar en el istmo de Rivas, frente a las costas del lago Cocibolca, donde está Amayo, una zona que produce vientos óptimos para la generación eléctrica.

En su más reciente edición, el semanario Confidencial cita a “fuentes empresariales” que aseguran que el proyecto Eolo, representado por Fritz Jacobson y respaldado por el multimillonario mexicano Carlos Peralta, es “el principal interesado en la revocación de la licencia de Amayo”.

Peralta, según el semanario, llegó al país en diciembre invitado por el general en retiro Humberto Ortega, quien le facilitó una reunión con su hermano, Daniel Ortega.

Mientras tanto, una inversión que bajaría los costos de energía para los nicaragüenses está anclada frente a Corinto.

El 21 de agosto, como informó REVE, se otorgó la licencia, de tres meses de duración, por el Ministerio de Energía y Minas a un consorcio privado, que genera energía en el parque eólico Amayo, ubicado en el municipio de Rivas.

El Ministerio de Energía y Minas (MEM) otorgó una licencia provisional, de tres meses, al Consorcio Eólico Amayo, para realizar investigaciones de viento y estudio de factibilidad para la construcción de un parque eólico Fase II.

El permiso provisional, según el MEM, fue otorgado conforme a la Ley 612, Ley de Reforma y Adición a la ley No. 290, Ley de Organización, Competencia y Procedimiento del Poder Ejecutivo, a través del acuerdo ministerial número 84-DGERR-24 -2009, y entró en vigencia el 26 de julio pasado.

"Esta segunda fase estará ubicada en el campo eólico Amayo, ubicado en el departamento de Rivas, a 126 kilómetros al sur de Managua, con una capacidad instalada de 23 MW utilizando 11 aerogeneradores de 2,1 MW cada uno", dio a conocer el MEM en una nota de prensa.

La nota recuerda que según estudios previos, Nicaragua tiene un potencial eólico de 800 megavatios, de los cuales 150 MW se encuentran en Chontales, y 650 MW en el istmo de Rivas. En Rivas este recurso es aprovechado a través de la primera fase del proyecto eólico, con capacidad de generación de 40 MW, y que entró en operación desde febrero de este año.

Ese permiso provisional es para ejecutar la segunda fase del campo eólico, en el que se pretende instalar 11 aerogeneradores de 2,1 megavatios cada uno para generar 23,1 megavatios, según la nota.

El parque eólico Amayo genera ahora 40 megavatios de energía mediante 19 aerogeneradores de 126 metros de altura y 400 toneladas de peso que transforman el viento en energía, precisó la fuente.

El consorcio Amayo está integrado por inversores nicaragüenses, guatemaltecos y estadounidenses. Nicaragua depende en un 80 por ciento de la energía que se genera de derivados del petróleo.

Nicaragua puso en funcionamiento en febrero los primeros 40 megavatios de energía eólica, y otro proyecto de 80 MW están en marcha.

El gobierno de Nicaragua yambién otorgó una licencia provisional el pasado mes de junio a la empresa de capital nicaragüense-venezolano Albanisa (Alba-Nicaragua S.A), para que investigue la factibilidad de producir energía eólica en el suroeste del país.

Albanisa dispondrá de un período de 12 meses para determinar la viabilidad del potencial eólico energético y poder instalar un parque eólico con una capacidad de 80 megavatios, según el acuerdo ministerial. El proyecto de Albanisa contempla la instalación de 40 aerogeneradores de 2 megavatios cada uno en el municipio de Rivas, 111 km al suroeste de Managua.

Albanisa es una empresa creada en el marco del convenio petrolero entre los gobiernos de Nicaragua y Venezuela en 2007, que prevé el suministro de unos 10 millones de barriles de crudo y derivados al país centroamericano a precios preferenciales. La compañía, que administra parte de los fondos generados por el acuerdo petrolero, también tiene inversiones en el área de turismo, mejoramiento genético, construcción de viviendas y exportaciones, entre otras.

El proyecto es dirigido por el Consorcio Eólico Amayo, conformado por inversionistas de la empresa de Energía Eólica de Nicaragua, de la compañía Centraos Energía Services de Guatemala y de Aritas Capital Group de Houston, Texas.

La producción de energía renovable a base de viento permitirá a Nicaragua ahorrar 9 millones de dólares en su factura petrolera, que el año pasado superó los 800 millones de dólares.

La inversión inicial de 95 millones de dólares procede del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), con fondos estadounidenses, guatemaltecos y nicaragüenses.

Según Enatrel, el costo de cada megavatio-hora eólico es de 86 dólares, es decir, 36 dólares menos de lo que cuesta generar un MWh con derivados del petróleo como fueloil, pues cada megavatio-hora térmico (a base de combustible) tiene un costo que oscila entre 120 y 150 dólares. “Con la realización de este proyecto se está dando uno de los primeros pasos para cambiar la matriz energética que depende en un 80 por ciento de los derivados del petróleo”, según Enatrel.

El Parque Eólico Amayo está ubicado en un área de 400 hectáreas en el kilómetro 130 de la carretera Panamericana, entre la ciudad de Rivas y la frontera sur de Peñas Blancas, donde hay 19 aerogeneradores con capacidad de generar hasta 2,1 megas cada uno. Cada torre, según Enatrel, tiene una altura de 125 metros y pesan 400 toneladas. Eso significa, de acuerdo a la empresa, que se llevará energía eléctrica a 320 mil hogares nicaragüenses que consumen un promedio de 150 kilovatios hora al mes.

En los planes del gobierno del presidente Daniel Ortega está cambiar la matriz energética que en la actualidad depende en un 80 por ciento de los derivados del petróleo.

Una de las principales metas de los nicaragüenses es desarrollar las fuentes geotérmicas que le permitirían al país producir entre tres mil y cinco mil megavatios para satisfacer el consumo interno y las necesidades de toda Centroamérica, según comentó el presidente Ejecutivo de la Empresa Nacional de Electricidad, Ernesto Martínez.

Otro proyecto en marcha es el de la empresa venezolana-nicaraguense Albanisa, que ha adquirido los permisos de un proyecto adjudicado en principio a una firma extranjera, para producir 80 megavatios de energía eólica en la sureña zona de Rivas.

El representante de Albanisa, Francisco López, habría logrado la cesión de la autorización que pertenecía a Blue Power & Energía S.A, según los permisos otorgados.

El proyecto de generación de energía renovable contempla instalar 40 aerogeneradores de dos megavatios cada uno, que serían ubicados en la finca La Fe, en el departamento de Rivas, fronterizo con Costa Rica, a 115 kilómetros al sur de Managua.

Sin embargo, el representante de Albanisa solicitó que transfieran la resolución administrativa a la hacienda San Martín, asentada en la misma zona.

La generación duplicaría al proyecto privado Amayo en el kilómetro 128 de la Carretera Panamericana Sur que tiene previsto ingresar al sistema nacional de electricidad 40 megavatios.

www.laprensa.com.ni/archivo/2009/septiembre/17/noticias/portada/

www.enatrel.gob.ni/index.php

www.esmap.org/filez/pubs/NicaraguaWindEnergyIntegration.pdf