Los vehículos eléctricos ya están aquí: El centro de Madrid tiene microbuses eléctricos desde 2007

Pequeños, eléctricos, no contaminantes, poco ruidosos y destinados a las calles más estrechas. Ésas son las características de los microbuses que comenzaron a funcionar en Madrid en diciembre de 2007 por las calles más estrechas del centro de la capital. Estos vehículos eléctricos ya funcionan en otras ciudades europeas, como Roma o Colonia, donde gozan de un gran predicamento, y en varias ciudades españolas, como Sevilla, Cáceres, Málaga, Gerona y Segovia.

La Empresa Municipal de Transportes (EMT) primero adquirió de 20 autobuses, con un coste de cinco millones de euros. Esto supone que cada unidad costó 240.000 euros. Según fuentes de Tecnobus, la vida útil de estos microbuses eléctricos supera los 15 años.

Estos pequeños autobuses eléctricos disponen de 10 plazas sentadas, pero de pie pueden ir otras ocho personas. Además, tienen una plaza para minusválidos con su correspondiente rampa de ascenso.

En principio, está previsto que los microbuses funcionen sólo por la parte central de la ciudad. Se quiere dotar así de líneas pequeñas a barrios donde las calles son muy estrechas y no cabrían otros vehículos. Los responsables de la EMT han pensado sobre todo en barrios como Malasaña y Chueca, además de áreas de prioridad residencial como Las Letras, Lavapiés y Embajadores. Así al menos lo llevaba Alberto Ruiz-Gallardón en el programa electoral con el que se ganó a las elecciones. Estas líneas también permitirán el acceso a puntos emblemáticos para los madrileños y, sobre todo, los turistas, como la Puerta del Sol, el Museo del Prado, la Casa de la Villa o el Palacio Real, entre otros.

La segunda línea enlazó Argüelles, plaza de España, Embajadores y Atocha. La próxima discurrirá por Chamberí, Moncloa-Aravaca, Centro, Arganzuela y Retiro. Estos microbuses han sido desarrollados por la empresa italiana Tecnobus, que hasta la fecha ha vendido unos 400 vehículos en toda Europa. Tiene clientes en Italia, Reino Unido, Francia, Portugal, España, Alemania y Canadá.

El motor de estos autobuses es eléctrico. Su única fuente de alimentación son unas potentes baterías que van colocadas en la parte trasera del autobús y le confieren una autonomía superior a los 100 kilómetros o 12 horas de trabajo. Eso permite hacer muchos recorridos cortos, como para los que están previstos.

El tiempo de recarga de las baterías es de unas ocho horas y la velocidad máxima a la que circulan estos microbuses ronda los 35 kilómetros por hora. Además, en caso de ser necesario, se pueden cambiar las baterías en cuestión de minutos por parte del conductor o de un ayudante. El consumo energético de un microbús eléctrico en Madrid es un 20% menor que el del resto de la flota.

Cáceres fue la primera ciudad de Extremadura en incorporar dicho transporte, mucho más respetuoso con el medioambiente, que ya funciona en capitales como Madrid, Sevilla o Zaragoza con óptimos resultados. El ofrecimiento partió de la Junta, a raíz de un convenio firmado con el IDAE encaminado a la ejecución del Plan de Ahorro y Eficiencia Energética, que contempla ayudas para la renovación de flotas del transporte por carretera con vehículos alimentados por energías alternativas.

Muchos se preguntan por el futuro del coche eléctrico. Primero cabe esperar que se introduzca en flotas municipales y de empresas, y posteriormente llegará a los ciudadanos individuales. Pero no hay que ir muy lejos para ver funcionar a un vehículo eléctrico: ya están aquí, en muchas ciudades, y en cualquier aeropuerto se pueden ver los pequeños automóviles eléctricos que llevan las maletas en recintos cerrados, que requieren vehículos no contaminantes.

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