ASIF pide que se instalen cuanto antes los 300 MW fotovoltaicos

 En una carta remitida a los socios de Asif, su presidente reconoce que el sector fotovoltaico español atraviesa una situación "muy difícil", si bien recuerda que se inscribieron 347 MW en la tercera convocatoria del Registro de Preasignación de la Retribución (RPR) que convocó el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio para este año.

Sin embargo, de estos 347 MW, sólo 8,2 están ya terminados y calcula que otros 30 MW lo estarán próximamente, unos proyectos que ni siquiera representan el 14 por ciento del total de la potencia prevista para instalarse en este año.

Por ello, ante la "difícil" situación del sector fotovoltaico, el presidente de Asif urge a que ejecuten lo antes posible los 300 MW pendientes, de manera que se ayude a "reactivar toda la cadena de valor nacional".

En su misiva, Anta justifica el retraso de la puesta en marcha de las nuevas plantas fotovoltaicas por la falta de liquidez de las entidades crediticias y la esperanza de que el precio del silicio (material principal para fabricar los paneles solares) siga bajando.

Pero señala que si los proyectos pendientes no comienzan a ejecutarse ya, se corre el riesgo de que "surjan imprevistos" o "problemas de acopio", al tiempo que se puede mermar la calidad de las instalaciones.

España es, con 75,2 vatios (W) por habitante, el mercado líder en energía fotovoltaica, por delante de Luxemburgo y Alemania, país al que superó junto a Estados Unidos en potencia instalada, con 2.661 MW más puestos en funcionamiento entre enero y septiembre de 2008.

Además, es el país que más electricidad genera con energía solar, el 1% el pasado año, y se prevé que en 2009 llegue alrededor del 1,5%.

Castilla-La Mancha, con 809 MW, es la comunidad que más potencia fotovoltaica tiene instalada y Extremadura es capaz de cubrir con ella el 5% del total de la demanda eléctrica.

A esas cifras se llegó tras la expansión del sector en 2008, periodo en el que se instalaron más 2.660 MW, y provocó que posteriormente el Ejecutivo limitara por ley a 500 MW el máximo de potencia anual instalada.

Una regulación, que según explicaron a Efe fuentes de Asif, además de reducir a una quinta parte el tamaño del mercado fotovoltaico destruye más de 25.000 empleos.

No obstante, la energía fotovoltaica, que es la que se produce al transformar la radiación solar en electricidad mediante paneles de células sensibles a la luz, recibe aún ayudas públicas para poder competir con las energías convencionales.

Asif confía en que poco a poco se logre el objetivo de que las instalaciones fotovoltaicas sean un electrodoméstico más de los hogares, pero para ello pide que se simplifiquen los actuales procedimientos administrativos ya que cree que frenan la incorporación de la energía solar en la edificación.

A ello hay que sumar la falta de experiencia de España y la inseguridad y dificultad para captar financiación en la actual coyuntura económica.

Asif denuncia barreras administrativas en el diseño de la nueva ley sobre fotovoltaica en edificios

La Asociación de la Industria Fotovoltaica (Asif) denunció "barreras administrativas" y "burocráticas" en la elaboración de la nueva regulación sobre instalaciones solares en edificios, que impide que este tipo de instalaciones cuenten con un marco normativo diferente al del resto.

En un comunicado, Asif explica que la Comisión Nacional de la Energía (CNE) ya ha elaborado un procedimiento administrativo que todavía no ha visto la luz porque el Ministerio de Industria no ha aprobado la norma final sobre estas instalaciones.

La norma diseñada por el regulador energético tiene como objeto simplificar los permisos para instalar paneles fotovoltaicos en lo alto de edificios. Según el Real Decreto 1578/2008, la tramitación de una pequeña instalación de 5 kilovatios (kW) sobre un tejado sigue siendo idéntica a la de una gran planta en suelo de 10 megavatios (MW).

Este real decreto establece dos segmentos diferenciados para el mercado fotovoltaico, que son el de instalaciones sobre suelo y el de instalaciones incorporadas a la edificación, que se dividen a su vez en plantas mayores y menores de 20 kW.

Para propiciar un mayor desarrollo de las segundas, se les reservó un cupo mayor en los registros trimestrales de preasignación de potencia fotovoltaica. En 2009, el cupo se situó en 267 MW.

Sin embargo, según Asif, hasta el momento no se han cubierto los cupos asignados para la fotovoltaica en la edificación en ninguna de las tres convocatorias de este año. Más aún, en la última convocatoria descendió el volumen de mercado asignado a las instalaciones más pequeñas.

La patronal del sector reconoce que en esta circunstancia inciden otros factores, como la escasa experiencia en España de las aplicaciones fotovoltaicas en la edificación o la inseguridad y la actual dificultad para captar financiación que genera la crisis económica, pero asegura que "la principal traba para el despegue de este segmento del mercado solar es la complejidad de la tramitación administrativa".

El propio Real Decreto 1578/2008 emplazaba a la CNE a que, antes del pasado 1 de abril, elaborara "un informe relativo a la evaluación del marco legislativo y reglamentario vigente respecto a los procedimientos administrativos necesarios para la implantación de las instalaciones de producción de energía fotovoltaica en edificación, así como las medidas necesarias para eliminar o reducir los obstáculos existentes".

La CNE, afirma Asif, ya ha diseñado el procedimiento y lo ha remitido al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. La norma, indica, facilita la realización de las instalaciones conectadas a la red de baja tensión o a la red interior de un titular, e impulsa el crecimiento de este segmento del mercado solar.

El modelo simplificado propuesto por la CNE deja en poco más de un mes el plazo necesario para realizar toda la tramitación administrativa previa a la concurrencia al Registro de Preasignación de Retribución, mientras que con el sistema actual se pueden superar los seis meses.

El sector de la industria fotovoltaica española generó más de 25.000 empleos y cerca de 500 millones en inversiones industriales en 2007. En 2008, se estima que la potencia instalada superó los 2.500 MW y se calcula que el sector empleaba a más de 50.000 personas. En la actualidad, la energía solar fotovoltaica instalada en España supera la de tres centrales nucleares. Según WWF España este verano la fotovoltaica puede alcanzar el 5% de la producción.

Es justo reconocer que la anterior prima de 45 céntimos de euro por kW era una de las más altas del mundo y se tenía qe haber ido reduciendo paulatinamente, pues habría permitido un desarrollo más razonable y, además, no habríamos sufrido la tremenda reducción actual. Se calcula que ya se han perdido más de 25.000 empleos en el sector solar fotovoltaico.

Sin embargo, pese a que el gobierno de España siempre ha manifestado públicamente su apoyo a las energías renovables, la nueva normtiva deja al sector en una situación preocupante y de gravísima incertidumbre. Pese a que la disminución de la retribución del Real Decreto 1578/2008 es superior a un 25%, la tarifa es asumible gracias a la constante reducción de costos de la industria. Lo peor de la nueva regulación es que limita el mercado y esta limitación supone una gran desventaja para todas las empresas españolas del sector frente a otros mercados, como el alemán, que actualmente lidera el sector con empresas situadas a lo largo de toda la cadena de valor. El modelo alemán contempla rebajas de las primas, pero en ningún caso fija límites al desarrollo de la energía solar.

El principal problema para las empresas españolas, además de la limitación actual, son los plazos de los pre-registros, pues desde que las instalaciones se inscriben hasta que se conoce su autorización, pasan meses en los que no puede desarrollarse actividad alguna. Por ello, las empresas españolas cuya actividad se da principalmente en nuestro país están pasando por graves dificultades y tratando de diversificarse para que su negocio no dependa exclusivamente de las ventas de módulos o el desarrollo de proyectos. Esta diversificación pasa por la internacionalización y por la integración vertical de toda la cadena de valor.

El nuevo decreto pone varios obstáculos para los proyectos de energía fotovoltaica. No es sólo un recorte de la prima de retribución, sino también la imposición de un cupo, muy reducido, de instalaciones sobre suelo que quieran conectarse a red. Para entrar en este cupo hay un concurso y, además, ni siquiera el Ministerio cumple con sus propios plazos para publicar los resultados, de manera que los proyectos que se encontraban en ejecución están parados y los nuevos proyectos son casi inexistentes. El sector fotovoltaico en España se encuentra estancado debido a todos estos condicionantes, que han hecho que uno de los sectores con más capacidad de crecimiento, inversión y creación de puestos de trabajo, directos e indirectos, se esté tambaleando.

España se había convertido en una gran potencia en energía solar fotovoltaica y desde octubre de 2008 ha dejado de serlo. Es una lástima, porque nuestro país puede perder una oportunidad única de albergar una industria sólida e integral, favorecida, además por las mejores condiciones de radiación de toda Europa.

Lo que la industria y todas las empresas del sector reclaman no son mejores primas; lo único que deseamos es que una vez reducida la prima, al igual que en Alemania, hubiera una reducción de tarifa paulatina, lo que daría tiempo al sector, -por medio de la investigación y la integración del proceso productivo- a reducir los costes de los productos. El sector necesita un marco normativo adecuado que permita a las empresas hacer planes a medio plazo y no cada pocos años como ha ocurrido hasta ahora.

En pocos años el precio de la electricidad va a coincidir con el de generación a través de energía solar fotovoltaica y se habrá alcanzado la grid parity, de manera que la energía solar fotovoltaica va a ser rentable por sí misma, sin ningún tipo de prima, le guste o no al gobierno. Si en este momento España cuenta con una industria fuerte y competitiva, esta industria se convertirá en uno de los principales activos de nuestro país; pero si la industria española se sigue debiitando por una regulación que limita el mercado español, dejará de ser competitiva y España importará módulos y otros equipamientos fotovoltaicos e Alemania, EEUU, China, es decir, cambiaremos la importación de combustibles fósiles por la de equipamiento fotovoltaico. Y lo más importante: que España podría ser con el tiempo un país autosuficiente energéticamente e incluso exportador de energía. El sol podría ser el petróleo español. Se trata de una oportunidad única.

El sector de la energía solar fotovoltaica española puede suponer un estímulo enorme para nuestra economía, cda vez más deteriorada por estar basada en demasiados productos y servicios que no tienen demasiada utilidad real. La energía es necesaria y por medio de las fuentes renovables, podemos conseguirla de una manera sencilla, ilimitada y sin daños colaterales para el medio ambiente.

La Asociación Empresarial Fotovoltaica encargó el año pasado un informe a Boston Consulting Group. Este informe muestra claramente la generación de indusria asociada al desarrollo de esta tecnología en España hasta el momento y los retornos que la industria revierte a la sociedad vía impuestos, ahorro de importación de combustibles fósiles -y por ende, mejora de nuestra balanza comercial -, reducción de emisiones de CO2, empleo… A pesar del informe, el Ministerio de Industria se ha empeñado personalmente no sólo en destruir la industria sino además, en hacerla parecer culpable del déficit tarifario del sistema eléctrico. El real causante del déficit es la forma de definición del precio del sistema eléctrico para las distintas tenoclogías, que hace que en horas centrales del día la nuclear y la hidráulica cobren lo mismo que los ciclos combinados. Esto genera un exceso de coste de millones de euros por trimestre.

La crisis también obliga a buscar alternativas a sistemas que o bien no funcionan o tienen un coste muy elevado para nuestro entorno. El encarecimiento y las consecuencias sobre el medio ambiente de los combuustibles fósiles también constituyen una oportunidad única de desarrollar nuevas fuentes de riqueza y empleo como son las energías renovables, y deberíamos hacer todo lo posible para no dejar pasar esta oportunidad.

Sería una lástima que España, en un momento de recesión económica como el actual, perdiera un sector puntero de nuestra economía -al que además acompañan las mejores condiciones climáticas de Europa para la energía solar-. Se trata de un sector que genera cerca de 40.000 empleos de calidad y una más que significativa inversión industrial, al tiempo que genera unos beneficios macroeconómicos muy interesantes para nuestra sociedad.

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