China supera a Estados Unidos como el mayor emisor mundial de CO2

Un informe realizado por expertos de las principales agencias de desarrollo y energía de China insta al Gobierno a tomar medidas para reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera y, por primera vez, reconoce que China ha superado a Estados Unidos como el país más contaminante del mundo.

China hará del “control de las emisiones de gases de efecto invernadero” una parte importante de sus planes de desarrollo, según ha anunciado el Gobierno, que responsabiliza al cambio climático del aumento de sequías e inundaciones.

China es una de las economías más contaminantes del mundo, y se ha enfrentado continuamente a peticiones de otros gobiernos para que establezca objetivos claros de reducción de emisiones de CO2.

Las intenciones del Ejecutivo chino se formularon en una reunión gubernamental sobre cambio climático, y que fue presidida por el primer ministro, Wen Jibao. Las políticas climáticas que pueda adoptar el Gobierno de Pekín están en el centro de las negociaciones sobre un nuevo pacto global para combatir el cambio climático.

En las conclusiones de la reunión se asegura que “el control de las emisiones de gases invernadero y la adaptación al cambio climático son fundamentales para establecer las estrategias de desarrollo a medio y largo plazo en todos los niveles”. Otras de las prioridades que establece el Ejecutivo es “cultivar nuevos sectores de desarrollo económico basados en bajas emisiones de CO2" y "acelerar el desarrollo de sistemas de bajas emisiones para los sectores de la industria, la construcción y el transporte”.

El informe no especifica objetivos sobre restricción de emisiones. Sin embargo, deja claras las intenciones de China de tener un papel constructivo en las negociaciones del nuevo pacto sobre clima que se discutirá en Copenhague a finales de este año.

China siempre ha insistido en que su país, y otras economías en desarrollo, no deberían afrontar restricciones estrictas en las emisiones provenientes de la industria, el transporte o la agricultura. Por el contrario, Pekín ha defendido que son los países ricos quienes deben liderar el recorte de emisiones, de manera que las economías más pobres tengan tiempo de crecer.

Sin embargo, este reciente informe del Ejecutivo chino deja entrever que el próximo plan quinquenal, que comenzará en 2011, podría incluir objetivos de recorte de emisiones. Pekín podría utilizar estos objetivos domésticos como muestra hacia el resto de la comunidad internacional de sus intenciones sobre la lucha contra el cambio climático, aunque los objetivos no estén incluidos en un pacto internacional.

El informe también incluye expresiones poco habituales por parte del Gobierno chino sobre la relación entre el cambio climático y el aumento de desastres naturales. “Sin duda ninguna, la frecuencia de fenómenos climáticos extremos está relacionada con la actividad humana”, asegura. “Las grandes cantidades de gases invernadero emitidos por la actividad humana es la principal razón del cambio climático y de los fenómenos meteorológicos extremos que produce”.

El documento también asegura que el cambio climático es el responsable del deshielo de glaciares, el aumento del nivel del mar y de la “amenaza al abastecimiento de agua”.

El documento hace un llamamiento para que se establezcan "objetivos cuantificables" con los que reducir las emisiones de CO2 y otros gases de invernadero a partir del año 2030. Unas recomendaciones que, de ser atendidas por el Gobierno chino, podrían suponer un serio espaldarazo a la Cumbre del Clima que se celebrará el próximo mes de diciembre en Copenhague.

"En 2008, China se convirtió en el mayor emisor de gases contaminantes, por lo que nos enfrentamos a una serie de retos sin precedentes", indica el prólogo del informe, elaborado por un comité de prominentes expertos científicos del Instituto para la Investigación Energética y del Centro de Investigación de Desarrollo de Consejo estatal, entre otros organismos.

Además de reconocer por primera vez que China se ha convertido en el mayor emisor de dióxido de carbono del mundo, el informe ‘2050, Energía y Emisiones de CO2 en China’ solicita a las autoridades que establezcan "objetivos para reducir el volumen total de CO2" producido por el país. El estudio señala también que si se adoptan políticas restrictivas en las emisiones, éstas crecerían más despacio a partir de 2020 y alcanzarían sus niveles máximos en 2030.

Si China alcanza esos objetivos, las emisiones de CO2 procedentes de los combustibles fósiles "podrían caer a los mismos niveles de 2005 o incluso a niveles inferiores", dice el documento, que ha sido lanzado en chino y que puede ser comprado por cualquier ciudadano.

Su publicación refuerza las recientes muestras realizadas por los dirigentes del país asiático que dejan entrever la disposición del régimen comunista a jugar un papel clave en la búsqueda de un nuevo protocolo contra el cambio climático que sustituya al de Kioto en 2012.

Desde hace tiempo, varios países occidentales han tratado de presionar a China para que establezca objetivos cuantificables sobre sus emisiones de cara al nuevo pacto mundial que se espera cerrar en Copenhague. Hasta ahora, tanto China como otros países desarrollados se han negado a asumir niveles concretos.

Recientemente, el representante diplomático de Pekín en las negociaciones para la cumbre del clima, Yu Qingtai, dijo que su Gobierno quería reducir lo antes posible los niveles de gases contaminantes que emite su país a la atmósfera, pero añadió que su objetivo prioritario, antes que el cambio climático, seguía siendo el de reducir la pobreza.

Además, la semana pasada, el Gabinete del primer ministro, Wen Jiabao, aseguró que China haría "del control de las emisiones contaminantes" uno de los objetivos prioritarios de desarrollo para el país.

El informe asegura que, "de continuar como hasta ahora", China alcanzaría la cantidad máxima de emisiones contaminantes en 2040, con un total de 3.500 millones de toneladas anuales de carbón emitidas; mientras que si se ejecutan las políticas energéticas recomendadas, se podría registrar el máximo de emisiones en 2030, con unas 2.200 millones de toneladas anuales de carbón. Unos niveles que caerían para el año 2050 hasta las 1.400 millones de toneladas.

India emite el 5 por ciento de las emisiones de CO2

India contribuyó con alrededor de un cinco por ciento de las emisiones globales de dióxido de carbono, según un nuevo informe realizado por el gobierno de este país, que asegura que sus emisiones son sólo la cuarta parte de las que genera China y Estados Unidos.

El informe se basa en datos de ‘Indicadores de Desarrollo en el Mundo’ del Banco Mundial en 2007. El informe, que señaló que el sector energético contribuyó en un 61 por ciento al total de las emisiones en India, a pesar de que las emisiones por persona de este país "sólo" son una veintava parte de las emisiones per capita de Estados Unidos y la décima parte de Europa occidental y Japón.

Además, un informe independiente del Gobierno señala que los bosques de India están absorbiendo el 11,25 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) cada año de acuerdo a los niveles de 1994 –unos 24 mil millones de toneladas de CO2– presentando un mercado potencial de unos 120 mil millones de dólares. "India puede utilizar sus ganancias para obtener dinero del esquema de Naciones Unidas y también utilizar ese beneficio para negociar al mismo modo que los países desarrollados para reducir las emisiones mediante la compensación", señaló el ex miembro de la campaña de clima de Greenpeace de India, K.Srinivas.

Es que los bosques absorben una gran cantidad de las emisiones de CO2 del planeta y de cómo este puede actuar a la hora de acelerar el cambio climático. Bajo el emergente esquema de Naciones Unidas llamado a reducir las emisiones procedentes de la deforestación y la degradación, los países desarrollados podrían potencialmente ganar miles de millones si se concentran en rehabilitar sus bosques.

Los valiosos beneficios que pueden obtener de la compensación de carbón podrían ser vendidos a las naciones ricas para ayudarles a controlar sus objetivos de emisiones bajo este programa, y así ser parte del amplio pacto del clima desde 2013.

Según datos publicados este lunes por el Instituto de la Industria de Energías Renovables de Alemania, las emisiones de India crecieron un 125 por ciento entre 1990 (año base) y 2008, mientras que atribuye a China un crecimiento del 178 por ciento y un 17 por ciento a Estados Unidos.

El ministro de Medio Ambiente de India, Jairam Ramesh, afirmó que el gobierno está desarrollando un Instituto Nacional de Glaciares del Himalaya y que podría coordinar con China un estudio sobre la salud de los glaciares. En ese sentido, señaló que mientras "un par" de glaciares del Himalaya están retrocediendo, algunos otros como el Siachen siguen avanzando, mientras otros, como el glaciar de Gangotri, están retrocediendo y decreciendo en comparación con las dos últimas décadas. "Hay un todavía, estas palabras son realmente importantes, ya que todavía no hay evidencias científicas robustas que sean concluyentes que muestren que el retroceso de los glaciares del Himalaya se deba al cambio climático".

———————–

China climate change report sets out options

A new study by some of China’s top climate change policy advisers has urged the government to set firm targets to curb greenhouse gas emissions so they peak around 2030.

The study proposes setting relative and then absolute targets for limiting China’s emissions of the greenhouse gases from human activities that are stoking global warming. The "relative" targets could involve carbon intensity goals, curbing the amount of emissions needed to create each unit of economic worth.

Later, it says, the government could apply absolute caps on emissions, also allowing for the emergence of a "cap-and-trade" market so companies could buy and sell emissions rights, domestically and internationally.

Movement to such a carbon-trading market should be cautious, the study says. "Once allocation of pollution rights is handed to the government, that may create room for rent-seeking, so ultimately it becomes impossible to effectively allocate rights."

The report devotes a chapter to the potential benefits and costs of a "carbon tax". Such a tax, applied to fossil fuels such as coal, gas and oil, "would play a clear role in curtailing our country’s future carbon dioxide emissions."

A tax of 100 yuan ($14.6) on every tonne of carbon from 2010, which would rise to 200 yuan on every tonne in 2030, could by 2030 reduce emissions by up 24 percent less than they would have been under a "business as usual" scenario.

In the study, Jiang Kejun of the Energy Research Institute says that if China continues a "business as usual" approach focused on economic growth and does little to curb emissions, its carbon dioxide output from fossil fuel alone could peak at the equivalent of 3.5 billion tonnes of pure carbon a year by 2040. That does not include greenhouse gas emissions from other sources, such as livestock and land-use changes.

If China adopts policies to promote "low-carbon development", emissions could reach 2.4 billion tonnes of carbon a year by 2050.

Under an "enhanced low carbon scenario" of even more stringent steps, they could reach a maximum of 2.2 billion tonnes a year in 2030 and fall to 1.4 billion tonnes in 2050.

The U.S. Oak Ridge National Laboratory has estimated China emitted 1.8 billion tonnes of carbon from burning fossil fuels in 2007, compared with 1.6 billion tonnes from the United States. (Emissions are also measured in C02, with each tonne of carbon equal to 3.67 tonnes of CO2).

www.iwr.de/klima/ausstoss_welt.html