Bolivia tiene dificultades para explotar ricas reservas de litio porque las empresas sólo quieren extraerlo, pero se niegan a la industrialización

"Todavía no tenemos respuestas concretas, la dificultad pasa porque no nos están ofreciendo en concreto industrializar el carbonato de litio", afirmó el viceministro de Desarrollo Productivo Minero, Eugenio Mendoza, citado este miércoles en la prensa local.

El gobierno de Evo Morales discute desde el año pasado con la francesa Bolloré, las japonesas Mitsubishi y Sumitomo y la coreana LG sobre la industrialización del litio en dos salares andinos, en el sur y suroeste del país, que -según datos oficiales- contienen 5.000 millones de toneladas del mineral, una de las mayores del mundo.

El director general de Minería y Metalurgia, Freddy Beltrán, afirmó en una declaración separada que "no hay acuerdos ni con japoneses ni con franceses ni alemanes ni chinos, no hemos hecho acuerdo con nadie", aunque la intención oficial es cerrar un acuerdo integral para aprovechar el recurso, antes de 2010.

El gobierno boliviano estima que la industrialización del litio permitirá mayores ingresos para el fisco que solamente exportar materia prima.

El litio -según el poder Ejecutivo- podría tener un uso imprescindible para la fabricación de baterías para el funcionamiento de los automóviles eléctricos.

Los hallazgos de las salmueras en el Salar de Uyuni tendrán patente boliviana

Los descubrimientos que se realicen en torno a las salmueras del Salar de Uyuni llevarán patente boliviana, aun cuando los hallazgos se produzcan en laboratorios de Francia, Japón u otro país, aseguró el director Nacional de Minería, Freddy Beltrán, al destacar que los primeros resultados son positivos.

El próximo año, la planta piloto comenzará a producir 40 toneladas mensuales de carbonato de litio, poniendo en práctica los resultados de las investigaciones que se realizan en laboratorios del Salar de Uyuni, algunas universidades del país, además de Mitsubishi y Sumitomo en Japón.

El cronograma del proyecto establece que durante la gestión 2010 se producirá y continuarán las investigaciones. El 2011 se elaboraría el diseño de la planta industrial con el objetivo de comenzar la producción de carbonato de litio el 2014, informó Beltrán.

El carbonato de litio es la materia prima de las baterías, pero esta producción estará a cargo del Estado. El capital privado podrá participar tan sólo en la industrialización de ésta, remarcó la autoridad.

En el laboratorio del Salar de Uyuni, semanalmente ya se realizan análisis de cien muestras de las salmueras. Los resultados son la base de información para definir el proceso químico más rentable y conveniente que será aplicado en la Planta Piloto, que es construida en las faldas del cerro Orko Loma, cantón Río Grande de la provincia Sud Lípez de Potosí. ANF, La Paz.

El litio necesita de una tecnología bastante avanzada para convertirlo en metálico, que es cuando realmente sirve. El monopolio mundial de la explotación del litio está en manos de dos empresas, la FUTE y la FMC Lithium Corporation, al ser las únicas que poseen la tecnología para convertir el litio en metálico.

Las mayores reservas bolivianas se encuentran en el salar de Uyuni, una planicie de más de 10.000 kilómetros cuadrados y una profundidad de hasta 220 metros, situada en la región de Potosí. El año pasado, el Gobierno del presidente Evo Morales, decidió impulsar la producción de carbonato de litio en una pequeña planta piloto en Río Grande, con una inversión cercana a los seis millones de dólares y un ingreso mensual estimado en 300.000 dólares, del que se benefician los habitantes que viven alrededor del salar de Uyuni.

Las reservas demostradas superan los nueve millones de toneladas métricas y los últimos datos señalan que la cifra puede ser hasta 10 veces mayor si se tienen en cuenta las diversas capas del salar. Desde el Gobierno boliviano aseguran que se iniciará su explotación, transformación y comercialización cuando se entre en un período favorable.

Ejecutivos de Mitsubishi, Sumitomo y Japan Oil han viajado a Bolivia para proponer al Gobierno el acuerdo, que permitirá la explotación conjunta del salar de Uyuni. El litio es un material muy apreciado por las compañías japonesas del automóvil.

La empresa automovilística francesa Belloré también ha mostrado su interés. El Gobierno de Evo Morales asegura que Bolloré ha presentado una propuesta para la explotación de los yacimientos bolivianos. Bolloré busca comercializar un automóvil eléctrico diseñado junto con el grupo italiano Pininfarina, por lo que está interesado en el litio boliviano con el que se fabricarían las baterías que usarán los vehículos.

Otra de las grandes compañías que se ha interesado en la explotación del litio es la surcoreana LG. Además, el encargado de Negocios de Irán en Bolivia, Masoud Edrini, ha anunciado la creación de una primera oficina para iniciar trabajos de exploración de litio en el Salar de Uyuni.

Después de reunirse con diversas empresas extranjeras interesadas en la exploración de litio boliviano, el presidente Evo Morales ha querido dejar claro que la condición para lograr acuerdos con el sector privado es que Bolivia se quede con el 60% de los beneficios de los proyectos.

El gran interés por la explotación de las reservas de litio, permite a Bolivia negociar sus acuerdos de explotación en posición favorable para exigir sus condiciones. Una de las condiciones de la explotación de dichos recursos debería ser la de una asociación con la boliviana Comibol, para la transformación de la materia prima extraída en metal elaborado.

Muchos analistas consideran que Bolivia dificulta la entrada de compañías extranjeras que pretenden explorar los yacimientos de litio. El Gobierno de Evo Morales, con la aprobación de la nueva Constitución, ha otorgado a los indígenas el control sobre los territorios en los que habitan.

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Next Time You Look at a Lithium Battery, Think about Bolivia

As technology for cell phones and electric vehicles develops rapidly, the world is looking to a new source of energy: the vast salt flats of Bolivia. The poorest nation in South America is home to the world’s largest reserves of lithium, a metal that is highly valued by multinational companies for its potential use in batteries. Lithium already fuels many cell phone and camera lilon (lithium-ion) batteries. Lilons have a superior ability to hold and discharge electricity and are more durable and compact, which is why many see them as the key to the future development and proliferation of more sustainable electric cars. Since 2004, lithium production in Bolivia has increased dramatically from 16 tons to 25 tons annually.

The Bolivian government is aware of the potential of its lithium reserves, and the leftist government of Evo Morales has kept tight control over them even as multinationals and other foreign investors come knocking. Many Bolivians see this resource as an invaluable way to drive growth and development. With the groundbreaking for the first refinery plant in May 2008, to be opened in 2010, it seems likely that the nascent industry may soon be nationalized. Morales has stated that he does not want to simply export the lithium to be used in products manufactured abroad, but hopes instead to develop industries to build the complete products in Bolivia.

Still, the knowledge of just how valuable this resource is is relatively recent, and there are many potential implications that have yet to be explored. One is how the Bolivian government should go about capitalizing on its reserves, and whether it will be able to do this effectively by directing state revenue to the impoverished areas where it is needed most.

Another concern is the environmental impact that this could have. The salt flats where most of the lithium is contained have traditionally been an important resource for local indigenous populations who harvest and sell the salt. Also, much additional infrastructure would be needed to support large-scale extraction, but this brings with it concerns about pollution and ecological preservation. Wild flamingoes, for example, use the delta as their annual mating ground. Still, the economic possibilities are enticing for many, and environmentalists are caught between advocating for the preservation of the region and going against populist economic rhetoric.