Donald Trump elige a exgobernador de Texas como secretario de Energía

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El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, eligió al exgobernador de Texas Rick Perry como secretario de Energía de su administración, difundieron hoy medios locales.

 

La agencia Bloomberg citó a dos personas cercanas al proceso de selección, según las cuales Trump le ofreció el puesto anoche al político tejano y este aceptó, aunque para ocupar el cargo deberá recibir la aprobación del Congreso.

De acuerdo con el medio, Perry, de 66 años de edad, era conocido en el estado petrolero como un defensor de la energía estadounidense y veía la política energética como un objetivo de desarrollo económico, al tiempo que alentaba la inversión en fuentes alternativas como la eólica y la solar.

Sin embargo, el diario The New York Times sostuvo que aunque el exgobernador es un entusiasta defensor de la extracción de hidrocarburos, no está claro cómo esa experiencia se traduciría en conducir lo que es también una importante agencia de seguridad nacional.

En ese sentido, el periódico recordó que el Departamento de Energía desempeña el papel principal en el diseño de armas nucleares y en garantizar la seguridad y fiabilidad del envejecimiento del arsenal de la nación a través de una red de laboratorios científicos.

De hecho, alrededor del 60 por ciento del presupuesto de la entidad está dedicado a la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, encargada de gestionar las armas del país y ejecutar programas estadounidenses en la materia.

Si se confirma el nombramiento de Perry, se rompería con una tradición reciente de poner a científicos a la cabeza del Departamento de la Energía.

Durante 2012 el político fue uno de los precandidatos republicanos a la Casa Blanca, pero salió de la carrera tras cometer una serie de errores, entre ellos decir que disolvería los departamentos de Comercio, Educación y un tercero del cual olvidó el nombre en ese momento, el de Energía.

De oficializarse su nominación, Perry sería el tercer miembro del próximo gabinete partidario de la industria petrolera, tras la elección del presidente de ExxonMobil, Rex Tillerson, como secretario de Estado; y del fiscal general de Oklahoma, Scott Pruitt, como jefe de la Agencia de Protección Ambiental.