China colabora para expandir energía eólica en norte de Argentina.

Energías renovables, factor clave del desarrollo

REVE

Las primeras medidas en materia energética señaladas por el nuevo gobierno marcan no sólo la necesidad de una revisión profunda en las políticas públicas del área, sino también el inmenso desafío de la reconversión, en el mediano plazo, de esa matriz.

Si miramos hacia dónde va la energía en el mundo, considerando la reducción de los impactos medioambientales, la mitigación del efecto invernadero, la reversión de las causas del cambio climático, entre otros temas, está claro que se avanza cada vez más hacia la conformación de una nueva matriz donde las energías renovables cumplen un rol primordial.

Este planteo, que va en línea con lo anunciado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el National Clean Energy Summit en el pasado mes de agosto en Las Vegas, abre grandes oportunidades de negocios para el país, toda vez que cumple con el objetivo del desarrollo económico, pero de manera sustentable. Estas iniciativas, que buscan generar acciones públicas ejecutivas y compromisos del sector privado para acelerar la transición hacia fuentes de energía más limpias, son hoy, en palabras del presidente norteamericano, «una inversión rentable», y el ecosistema que se genera a partir de ellas lo apalanca. La creación de una economía basada en energía limpia propicia a la vez grandes oportunidades a nivel de mercado.

Algunos datos demuestran el crecimiento de este sector. Durante 2015, Estados Unidos puso a disposición, cada tres semanas, la misma cantidad de energía solar que en todo 2008. Y fue esta industria la que generó en ese país empleos 10 veces más rápido que el resto de las industrias. De igual modo, los costos promedio de energía solar desde comienzos de 2010 hasta 2015 cayeron dramáticamente un 50%, teniendo sólo en 2014 una baja que fue de entre 10 y 20%. En cuanto a las energías solar, eólica, geotermal y la generada por la biomasa aportan, en su conjunto, un 70% más de electricidad que hace 10 años.

En nuestro país, en agosto pasado el Congreso votó un cuerpo de normativas que determinan que para 2017 deberemos conseguir que el 8% de la electricidad disponible sea generada por el viento, el sol o las pequeñas centrales hidroeléctricas, entre otras fuentes. Las bondades de la extensión geográfica de nuestro país y sus riquezas hacen pensar en escenarios tan complejos como prometedores. Por eso, hay que concentrar los esfuerzos en reorganizar y equilibrar la matriz energética.

Coincidentemente con esa línea, AmCham Argentina y AmCham Chile están comenzando a trabajar en un proyecto que busca vincular inversiones y desarrollar, sobre la base de la experiencia de inversores americanos radicados en Chile, las condiciones necesarias para la instalación de parques solares y eólicos en la Argentina.

El autor es CEO de AmCham, la Cámara de Comercio de EE.UU. en la Argentina