Dicho dato supone el 40% sobre el total andaluz, actualmente en los 3.320,43 MW de potencia. Tras la provincia gaditana, la siguiente en el ranking autonómico es Málaga, con 23 parques y 569,7 MW. Andalucía ha multiplicado por cinco la potencia instalada en energía eólica en el último lustro, y es la comunidad autónoma que más ha crecido en esta tecnología, con la cual, según los datos aportados por la Agencia Andaluza de la Energía (adscrita a la Consejería de Economía), se abastece a una población equivalente a 1,42 millones de viviendas. A principios de 2007, la región con 605 MW en funcionamiento, correspondientes a 41 parques eólicos. En la primavera del presente año, 2013, dicha cifra asciende a los 3.320,43 MW y 148 parques, lo que la sitúa como la cuarta comunidad con mayor potencia eólica total conectada a red. Los 3.320 MW eólicos producidos por estos 148 parques evitan la emisión a la atmósfera de 2,42 millones de toneladas de CO2, como si retirásemos de la circulación más de un millón y medio de vehículos. En el caso de la provincia gaditana, el ahorro de CO2 para la atmósfera rozaría, aproximadamente, el millón de toneladas. El fuerte crecimiento de esta tecnología renovable ha permitido que hoy la energía eólica aporte en Andalucía el 50% de la producción total de electricidad mediante fuentes renovables, siendo la fuente que mayor aporte realiza seguida de la energía termosolar, responsable de un 18% de la producción andaluza. Valoración del director de la Agencia Andaluza de la Energía El director general de la Agencia Andaluza de la Energía, Rafael Márquez, destaca que “la Junta de Andalucía apuesta decididamente por un modelo energético basado en el uso de recursos autóctonos como la energía proveniente del viento” y que, entre sus objetivos, está “el aprovechamiento de las energías renovables para compensar la ausen-cia de combustibles fósiles en nuestra región”. Para más información se puede consultar la web de la Agencia Andaluza de la Energía, www.agenciandaluzadelanergia.es

Eólica recicla las palas de los aerogeneradores

REVE

La gestión de los residuos en la eólica es un problema emergente, ya que aún no se ha generado un volumen importante de material debido al reciente desarrollo del negocio eólico.

Ante esta realidad, Iberdrola se ha aliado con los centros tecnológicos vascos Gaiker-IK4 y Tecnalia para crear un nuevo sistema sostenible que permita el aprovechamiento de las palas de los aerogeneradores de estas enormes torres eólicas.

Las estimaciones señalan que en 2020 habrá ya en todo el mundo cerca de 50.000 toneladas de palas eólicas fuera de uso, montante que se cuadruplicará en 2034 hasta alcanzar una cifra cercana a las 200.000 toneladas. Y el proceso de reciclaje, y tan sólo por razones logísticas, es complicado. No hay que olvidar que se puede estar hablando de trasladar palas de 50 metros de longitud y 12 toneladas de peso cada una, compuestas de un material especialmente duro mecánicamente pues no en vano ha tenido que soportar durante muchos años en movimiento fuertes vientos con las lógicas tensiones y fuerzas aplicadas, y todo ello al aire libre sometido a notables cambios de temperatura .

Iberdrola aprovecha el hecho de contar con instalaciones eólicas que se empiezan a acercar al final de su ciclo de vida en el Reino Unido, -parques y aerogeneradores propiedad de su filial Scottish Power-, para proveer de material y experimentar los nuevos procesos de reciclaje de cara a avanzar en la creación de unos protocolos europeos en este campo.

Con una estimación media de vida útil de 20 años y tres palas por aerogenerador, en unos años más de 200.000 palas construidas fundamentalmente en fibra de vidrio tendrán que reciclarse y cualquier aprovechamiento que se pueda hacer de los materiales abarataría el coste de los equipos eólicos además de reducir el impacto medio-ambiental. Adicionalmente permitiría hacer frente a los requerimientos legislativos de países como Alemania que han impuesto la prohibición de realizar vertidos sólidos urbanos sin tratar.

Este proyecto de I+D+i pilotado por Iberdrola, denominado BRIO y presupuestado en 1,1 millones, cuenta con financiación de la Unión Europea y se centra en recuperar los materiales con los que están fabricadas las palas de los aerogeneradores para reutilizarlos como materias primas secundarias. Concretamente, la fibra servirá como refuerzo en prefabricados de hormigón, mientras que el material restante de la pala, con propiedades aislantes, será utilizado en núcleos de paneles para la construcción.

En una primera fase, Iberdrola ha centrado en instalaciones cercanas a Glasgow el almacenamiento de palas eólicas deterioradas que si no se reparan son desmontadas y trituradas. Las siguientes fases del proceso de reciclado se desarrollarán a partir de septiembre en la sede de Gaiker-IK4, en Zamudio (Vizcaya), donde se llevará cabo el tratamiento final de las palas, separando por vías mecánicas los distintos materiales que las forman.