Pendiente en México avance en materia de energías renovables

REVE

Aunque en México, una de las asignaturas pendientes sigue siendo el avance en materia de energías renovables, al faltar impulsos para la eólica, biomasa, la maremotriz, undimotriz, termosolar, fotovoltaica y minihidráulica.  Más no a la geotérmica, disciplina que tiene un brillo propio desde medio siglo atrás.

Hace más de 70 años se presentó el pionero impulso, vía un ingeniero de la Comisión Federal de Electricidad. Cuenta el Conacyt que a finales de los años cuarenta, Luis de Anda se interesó en la aplicación de las técnicas de exploración y explotación utilizadas desde 1904 en un campo geotérmico en Laderello, Italia.

Tesonero, no cejó en su empeño. Tras la formación, en 1955, de la Comisión de Energía Geotérmica, cuyo director fue el mismo ingeniero De Anda, comenzaron los trabajos, primero en Pathé, una localidad del Estado de Hidalgo. Debido al éxito de las primeras perforaciones, se decidió instalar una planta piloto de 3.5 megavatios. Esta unidad inició su operación en el mes de noviembre de 1959, como buen augurio de lo que llegaría diez meses después: la nacionalización de la industria eléctrica.

La obra magna sorprendería más tarde: la instalación en Cerro Prieto, Baja California de la geotérmica considerada hoy la tercera mayor central en su tipo de energía en el mundo (720 megawatts), con sus cuatro unidades, aunque debería haber cinco.

Pero como la corrupción es la mosca Tse Tse de los gobiernos y causa letargos cuando se descubre agazapada en alguna obra pública, la última unidad, la quinta, padeció una tripanosomiasis aguda allá por 2008.

La Secretaría de la Función Pública, advirtió de los problemas en la licitación de los contratos. La Auditoría Superior de la Federación intervino y los resultados de su trabajo arrojaron pagos en exceso, omisiones, mala calidad de los trabajos, distorsiones, improcedencia de un contrato, así como recomendaciones en materia de controles. ¿Avanzan los trabajos actualmente? Como preguntarían los italianos de Laderello, «¿Chi può saperlo?»

Yo no.

Más la memoria tiene su casona en el pasado. Cuando la segunda geotérmica construida en México llegó a Michoacán, irrumpió en aquella boca del Volcán de San Andrés, en Los Azufres, en el sitio donde viajaban las princesas purépechas desde Tzintzunzan para llevar a cabo el rito anual de belleza con el lodo negro de la Laguna Gris, el lodo blanco (también azufroso) de los manantiales y disfrutar las pequeñas cascadas del riachuelo de agua caliente, rodeado de encinares y pinares.

Antes de que la Comisión Federal de Electricidad irrumpiera con su energía renovable, durante los paseos de fin de semana en esos bosques, una zona de agua hirviente de la «Laguna Gris» (donde estaba prohibido curarse las reumas), era aprovechada para rudimentarios menesteres: pelar los pollos que servirían de refrigerio.

Atrapada por el pescuezo el ave giraba en el aire rumbo al sacrificio. Después de las reglamentarias cinco vueltas, cabeza abajo llegaba al agua altamente mineralizada, entre nubes de vapor expulsadas por los borbollones. Durante tres minutos permanecía adentro y… salía sin plumas. Sin embargo, manos infantiles corrían para colaborar al retiro de los «cañones» para ser convertida en simples alones, muslos, pechugas, piernas y huacales, mientras en los braceros de metal ardían brasas de carbón o leña que calentarían el mole.

Por eso, cuando arribó la CFE, a la gente no le hizo mucha gracia: el panorama de la «Laguna Gris» y sus alrededores de encinos, ocotes, oyameles y pinos, así como el geisser «El Currutaco», se transformó con las instalaciones y la perforación de los primeros pozos productores.

A cambio, dio trabajo a los lugareños. Como aún quedaban las lagunas «Verde» y «Larga», así como los baños de San Alejo, la gente apechugó…»quid pro quo», advertiría el hombre de Huajintepec, Guerrero, el bailador de chilenas y autor de ardorosos panfletos, el maestro de latín de la UNAM, Rafael Salinas González.

«Muchacha Morelia, obtuvo el número rosquita. ¿Se queda con el seis o vuelve a realizar el examen?», ofrecía.

«¡Qué barbaridad! Me quedó con el número rosquita maestro. Nos vemos en enero».

Los trabajos en el volcán de San Andrés principiaron en 1979. Tres años después, en abril de 1982, el campo geotérmico «Los Azufres» inició sus actividades hasta convertirse en el segundo generador de energía geotermoeléctrica en México. Produce 193 megawatts. Básicamente sirven para obtener más energía eléctrica, también para usos industriales, calefacción, invernaderos, secado de madera y deshidratación de frutas y legumbres, pero… no para pelar pollos.

Hoy, en la misma zona se construye la tercera central geotérmica, que será terminada, calculan, a finales de este 2014.

Y he aquí, un homenaje a nuestros venerables, en la pluma del peruano José Santos Chocano, «El Idilio de los Volcanes»:

«Cada volcán levanta su figura, / cual si de pronto, ante la faz del cielo, / suspendiesen el ángulo de un vuelo / dos dedos invisibles de la altura.

«La cresta es blanca y como blanca pura: / la entraña hierve en inflamado anhelo; / y sobre el horno aquel contrasta el hielo, / cual sobre una pasión un alma dura».

w De madroños y borregos

Aunque la energía geotérmica generada en México (junto con la eólica) representa solo poco más del tres por ciento del total nacional, cada campo tiene su particularidad.

Otro sitio geotérmico es «Los Humeros», ubicado en el cinturón volcánico, en territorio poblano, en el municipio de Chignautla (lugar de los nueve ríos), aunque a 32 kilómetros de Perote, Veracruz.

Se trata de una caldera volcánica o «super volcán», explorada desde 1968 y explotada en 1990. Entre los paisajes de ocotes, escobillas, jarillas, zacatones, liendrillas, pinos, oyameles y madroños, surgió el complejo geotérmico. Los gavilanes, espiguillas, conejos, liebres, coyotes, zorrillo, lechuzas, primaveras, chahuices y gorriones simplemente tomaron las de Villadiego a un sitio menos transitado.

Hoy produce 40 megawatts. Pronto, si el proyecto de la «Fase II A» e instalaciones asociadas resulta conveniente, tendrá una capacidad neta garantizada de 25 megawatts. La interconexión será con el Sistema Eléctrico Nacional del Estado de Puebla.

Una geotérmica más es Tres Vírgenes. A la mitad de la península de Baja California, en el territorio de Baja California Sur, cuando la CFE acometió en el complejo de tres estratovolcanes («El Viejo», «El Azufre» y «La Vírgen»), en el municipio de Mulegé, muy cerca del Desierto del Vizcaíno, aseguran que los borregos cimarrones treparon por las escarpadas laderas, de lo que hoy es una Reserva de la Biosfera, no vaya a ser algún cazador furtivo.

El objetivo era, como en otros casos, de acuerdo al Instituto de Investigaciones Eléctricas, obtener «el calor requerido».

«La formación de un sistema geotérmico puede ser proporcionado por una masa de magma de alta temperatura situada en la corteza terrestre ya sea como una intrusión en proceso de enfriamiento o bien como una cámara magmática que ha alimentado a un volcán o a una caldera. Este calor puede almacenarse en la roca o en acuíferos localizados a pocos kilómetros de profundidad dando origen a los sistemas geotérmicos. Estos en algunas ocasiones se manifiestan en la superficie en forma de volcanes», señala el IIE.

Y en Tres Vírgenes estaba almacenado.

Claramente, la energía geotérmica «se considera una fuente de energía limpia. Si se toman las medidas apropiadas para su explotación, el impacto ambiental de los desarrollos geotérmicos se puede eliminar casi completamente. Las plantas geotermoeléctricas generan aproximadamente un sexto del CO2 que producen las plantas que queman gas natural y prácticamente no producen óxidos de nitrógeno o de azufre. Cada mil MWe (megavatios) generados con geotermia evitan la emisión anual a la atmósfera de aproximadamente 860 toneladas de diversas partículas contaminantes y de 3.5 millones de toneladas de dióxido de carbono de las plantas que queman gas», aclaran.

w De los negritos a Papasquiaro

Hay otro sitio en el cual ya está colocado el ojo geotérmico: Cerritos Colorados, en Jalisco. En la zona conocida como La Primavera, en la periferia de Guadalajara, hay una caldera volcánica de aproximadamente 12 kilómetros de diámetro, que según los expertos se formó hace 120 mil años.

Ahí en la caldera de La Primavera, la CFE ha perforado 13 pozos exploratorios, seis de los cuales son pozos productores. El potencial inicial evaluado, afirman, es suficiente para instalar 75 megawatts. El freno para poder desarrollarlo es ambiental.

Actualmente, la generación bruta de energía eléctrica en nuestro país se produce mediante gas natural, 48.8 por ciento; combustóleo, 18.3 por ciento; hidroeléctrica, 16.5 por ciento; carbón, 8.9 por ciento; uranio, 4.2 por ciento; geotérmia y eólica, 3.1 por ciento; y diesel, 0.4 por ciento.

El potencial a desarrollar en la geotérmica, de acuerdo a un estudio elaborado por el doctor Gerardo Hiriart Le Bert, consultor del BID y director general de Energías Alternas, Estudios y Proyectos S. A de C.V. (ENAL) comprende 20 lugares, ubicados en nueve entidades.

Están en estados como Michoacán, donde se contemplan cuatro, Araró, Ixtlán de Los Hervores, Los Negritos y Puruándiro; Jalisco en cinco sitios, La Soledad, Las Planillas, Orito-Borbollones, Santa Cruz de Atistique y Hervores de la Vega; Nayarit en tres, en el volcán El Ceboruco, Graben de Compostela y los Hervores el Molote; Chihuahua en dos, San Antonio El Bravo y Maguarichic; Chiapas en un par, en los volcanes Chichonal y Tacaná; Hidalgo, otra vez en Pathé; Puebla, en Acoculco; Guanajuato, en San Bartolomé de los Baños; y Durango, en Santiago Papasquiaro.

Dice el Banco Interamericano de Desarrollo que el Potencial Geotermoeléctrico de México con recursos de roca seca caliente, susceptible de ser desarrollado con tecnologías de sistemas geotérmicos mejorados (EGS), es del orden de los 24 mil 700 megawatts para una profundidad máxima de tres mil metros.

Dicho potencial técnico considera «resulta ser 25 veces superior a la capacidad geotermoeléctrica instalada actual en el país, y alrededor del 48 por ciento de la capacidad eléctrica total instalada en México para el servicio público.

Y en una estimación «muy preliminar y conservadora» señala que el potencial de geotermia submarina, en el Golfo de California y en la plataforma continental de México, es del orden de mil 200 megawatts.

Después de Estados Unidos, Filipinas e Indonesia está México en un cuarto lugar de generación geotérmica, con 958 megawatts.

Para impulsar más la geotermia, después de la reforma energética aprobada este año, el primer proyecto, de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo, es del sector privado, una vez que se desarrolle un programa de mitigación de riesgos impulsado por la Secretaría de Energía de México, Nacional Financiera (NAFIN) y el propio banco.

En el país las energías renovables más alentadas, por la Comisión Federal de Electricidad, son: hidráulica, geotérmica, eólica y solar.

Respecto de la energía eólica, las posibilidades se ubican en: La Rumorosa, San Quintín, López Mateos, Baja California Sur; Mazatlán, Zacatecas, Hidalgo, Veracruz, Istmo de Tehuantepec, Cozumel y Cancún.

En cuanto a la solar, considerada la principal energía renovable del mundo, (radiación infrarroja y ultravioleta) México contiene uno de los más altos potenciales del mundo porque, aproximadamente tres cuartas partes del territorio nacional son zonas con insolación media.

México, aseveran, no tiene dependencia tecnológica en la exploración, desarrollo y explotación de recursos geotérmicos. Se ha exportado y se exporta tecnología geotérmica al extranjero. Los técnicos mexicanos han participado en estudios y proyectos en países como Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Perú y República Dominicana, resalta el Instituto de Investigaciones Eléctricas.

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