Termosolar y energías renovables: La subasta eléctrica, por Luis Crespo

REVE

… solíamos decir a nuestra madre con el dedo en la boca cuando, tras un repentino estruendo, nos descubría con los restos de los platos rotos a nuestros pies.

Eso mismo parecen decir las eléctricas justificando  su reducida participación en la última subasta CESUR, cuando  las atípicas situaciones de paradas de centrales, entre 6.000 y 8.000 MW, les dejan en evidencia. Curiosamente, sufrieron repentinas indisposiciones desde el mismo momento en que se introdujo a última hora la enmienda en la Ley del Sector Eléctrico en el Senado retirando los 3.600 M€ previstos en los Presupuestos para aliviar el déficit eléctrico.

Incluso en estos momentos se apoyan en el hecho de que las renovables bajan el precio del pool, lo que era hasta ahora un argumento tabú en sus discursos, para justificar la subida en la ausencia de viento en la primera mitad de diciembre. Ya no podrán decir solamente que las renovables cobran primas ya que reducen, y de qué manera, el precio del pool (el efecto depresor en verano del precio del pool por la energía solar es también muy importante).

También resulta significativo que una gran empresa eléctrica, en su intento de transmitir ante la opinión pública otro “yo no he sido”, lance una gran campaña diciendo que la mayor parte del recibo de la luz son impuestos y subvenciones, sin añadir a sus clientes que, ella es la empresa de España que más subvenciones ha recibido probablemente hasta ahora, si tenemos en cuenta sus costes de transición a la competencia, sus ciclos combinados, sus parques eólicos, etc.

Las subastas CESUR han estado siempre en entredicho ya que introducen sistemáticamente márgenes complementarios en la comercialización, haciendo que los consumidores paguemos todavía más de lo que cuesta generar el kWh.

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La primera media docena de subastas en 2009 y 2010 fueron escandalosas, con subidas de precios en los días previos a las mismas y relajamiento posterior a la fijación del precio trimestral. Ese nuevo El Dorado para las grandes compañías del sector fue denunciado en algunos medios e incluso la antigua CNE anunció el inicio de  una investigación. Aunque se moderó este descarado comportamiento, el resultado global es que los consumidores hemos pagado cerca de 2.000 M€ más a las comercializadoras que el precio que tenían en el mercado diario los kWh que nos vendían tras las subastas. Aquí también tiene el gobierno un gran margen para afinar el nuevo sistema y que se abarate el recibo a los consumidores.

 

Ante un mercado tan opaco como  es este procedimiento de fijación de precios, con el que al final los consumidores domésticos salen sistemáticamente perdiendo, caben todo tipo de conjeturas sobre el comportamiento de sus agentes. También se podría decir algo parecido del mercado de restricciones técnicas, que viene creciendo últimamente y que ya supone casi un 5% del coste de generación y al que el Ministerio debía prestar atención también en la reforma.

En los días previos a la subasta escuchamos declaraciones del Ministro que parecía todavía confiar en que el mercado proporcionara una subida digerible en la parte de energía del recibo. Sin embargo los mercados de futuros, en los que se negocian volúmenes muy inferiores a los de la CESUR, ya anticipaban una gran subida y se podía suponer que los operadores que fueran a correr ese riesgo con un mayor volumen, pedirían precios mayores. También se minusvaloró el cortoplacismo de los ofertantes, algunos de los cuales habían perdido mucho dinero en diciembre, por las subidas de los precios resultantes de las repentinas indisposiciones de las centrales comentadas anteriormente y querían a toda costa recuperarlo en el siguiente trimestre.

La historia reciente está plagada de privilegios hacia el sector eléctrico (su rescate a principios de los 90, el paraguas de los costes de transición a la competencia, la remuneración a la distribución en la última década, las subvenciones a la burbuja de los ciclos combinados, …) y las reformas de este gobierno en sus dos años de ejercicio también han hecho recaer mucho más los esfuerzos hacia el sector renovable que hacia las eléctricas.

Todavía está por ver que se decida remunerar a nucleares e hidráulicas con una rentabilidad razonable, como se hará con las renovables, evitando que sigan cobrando, en muchas ocasiones, precios tres veces superiores a los que cuesta su generación. La opinión pública tiene razón, las viejas nucleares y las presas producen electricidad muy barata, el problema es que nos la venden al precio de la más cara y, si eso se corrigiera, tendríamos otra importantísima rebaja en el recibo de la luz.

Ahora asistimos a un abierto desafío al gobierno. No es el primero, aunque si uno de los más explícitos. Hasta ahora parece que estos pulsos los ganaba el poderoso sector eléctrico y lo pagaban los consumidores. Esperemos que la historia no se repita.

 Luis Crespo,
Secretario General de Protermosolar y Presidente de ESTELA  

http://www.helionoticias.es/noticia.php?id_not=1293

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