La eólica española se cotiza en tiempos de crisis

REVE

Los combustibles fósiles que suelen ser importados a España han sido sustituidos durante este periodo por la energía del viento, ahorrando 886 millones de euros, como afirma la Asociación Empresarial Eólica (AEE).

Las energías renovables ganan relevancia cada año, en torno a este avance se realizan habitualmente jornadas y conferencias que informan y estudian la normativa vigente para desarrollar nuevos proyectos.

Las características de la energía eólica (respetuosa con el medioambiente, energía barata, no se agota, etc.) es la energía más desarrollada del grupo de las energías renovables. Ofrece grandes beneficios y crea empleo, tanto rural como industrial, y, además, hay que tener en cuenta que España tiene uno de los mejores sectores eólicos del mundo.

En el primer trimestre de 2013, el viento ha soplado con fuerza y la energía ha sido la principal tecnología de generación eléctrica del país. Esto ha sido posible gracias a las políticas de diversificación y reducción de la dependencia energética puestas en marcha hace ya unos cuantos años, primero por el anterior Gobierno del Partido Popular y después, por los gobiernos del PSOE. Gracias a la Ley del sector eléctrico de 1997 y al Real Decreto-ley 2818/98 -que puso en marcha el sistema de primas a las energías renovables- se posibilitó el desarrollo del sector eólico español.

Según datos de la CNE, a día de hoy hay 1.290 instalaciones que producen electricidad gracias al viento en nuestro país, que en los últimos seis meses generaron suficiente electricidad para cubrir el consumo de todos los hogares españoles. Estos parques están en 15 comunidades autónomas y en casi mil municipios y en todos ellos generan actividad económica.

Los 1.290 parques, hijos de la Ley del sector eléctrico, percibieron en el primer trimestre 830 millones de euros en incentivos, según la CNE. Una parte de esos incentivos se destinará a devolver la deuda de las empresas promotoras, otra (101 millones) irá a Hacienda y contribuirá a reducir el déficit público y otra parte se quedará en los mil municipios y pagará salarios de empleados que dependen directa o indirectamente de la eólica y a los que ésta ha dado la oportunidad de quedarse en su pueblo. Las más de 70 instalaciones industriales dedicadas a la tecnología eólica y a fabricar productos de alta tecnología, que también son hijas de la Ley del sector eléctrico, exportaron en 2011 (último año en que hay datos de la Agencia de Comercio de la ONU) por valor de más de 2.000 millones de euros.

Es decir que, gracias a las decisiones tomadas hace 15 años por un Gobierno del PP, necesitamos importar menos energía hoy,  precisamente cuando más cara es, conseguimos superávit en la balanza comercial, tenemos más empleo rural e industrial, podemos devolver los préstamos a los bancos en sus horas más bajas,  y tenemos un sector eólico tecnológico/energético/ industrial/ exportador que está entre los mejores del mundo.

¿Es o no un gran ejemplo de cómo con una visión a largo plazo y una regulación constante en el tiempo se puede conseguir avanzar en la senda de la independencia energética, crear un sector industrial innovador y exportador con empleo cualificado, y dar una segunda oportunidad a las economías rurales?

Aquellos políticos de 1997 y 1998 merecen que se les dé la enhorabuena. La lástima es que los del 2012 y 2013 no parecen entender el momento histórico en que vivimos. Si no, responderían sin dudar a la siguiente pregunta: ¿Qué le sale más a cuenta a España, incentivar a la eólica con 830 millones y seguir construyendo futuro en el país o invertir 886 millones para comprar combustibles fósiles a países geopolíticamente inestables? La respuesta, amigo, está en el viento.