Eólica marina: empresas se interesan por el proyecto eólico en Tarragona

El Institut de Recerca en Energia de Catalunya (Irec) ha recibido muestras de interés de empresas internacionales por la segunda fase del parque eólico marino que la entidad desarrollará frente a las costas del sur de la provincia de Tarragona en el marco del proyecto experimental Zèfir.

Areva, la alemana Repower y la india Suzlon, así como empresas coreanas, se han interesado por el proyecto de desarrollo de energía eólica marina en lo que respecta a la segunda fase de la iniciativa, prevista para 2014 y dirigida a experimentar con aerogeneradores flotantes.

Con Zèfir, los fabricantes con presencia en España –Acciona, Alstom, y Gamesa– pueden contar con un banco de pruebas en el país en el que desarrollar sus prototipos de aerogeneradores marinos y poder convertirse en exportadores al resto del mundo, ha destacado el director general del Irec.

Los interesados en la primera fase del proyecto, con espacio para hasta cuatro generadores anclados a tres kilómetros de la costa de l’Ametlla de Mar y una potencia máxima total de 20MW, pueden plasmar por escrito su interés hasta este 30 de enero, y presentar sus prototipos y planes medioambientales y de desarrollo de la economía local hasta el 30 de marzo.

Esta fase supondrá una inversión privada de unos 70 millones de euros, y la segunda de unos 150 millones, según estimaciones actualizadas.

La segunda fase prevé hasta ocho aerogeneradores flotantes con una potencia máxima total de 50 MW a unos 20 kilómetros de la costa.

El proyecto Zèfir cuenta con el apoyo de la asociación de la industria eólica EolicCat y de la Cofradía de Pescadores de l’Ametlla de Mar, entre otros, pero también cuenta con la oposición del Ayuntamiento de la localidad y otros colectivos y entidades del sur de Tarragona.

Martínez ha defendido el "impacto internacional de relevancia para Catalunya" que dará este parque experimental, el primero en España y en el Mediterráneo de este tipo, y que la ubicación elegida era la única posible.

El lugar debía contar con un espacio con el fondo marino a un máximo de 45 metros de profundidad (para los generadores anclados) y otro a unos 100 (para los flotantes), en un entorno libre de protecciones ambientales especiales, con buenas condiciones de viento y de acceso a la red eléctrica y cercano a un puerto importante para su construcción y posible exportación futura de maquinaria.

El director general del Irec ha añadido que el proyecto incluye la creación de una escuela de mantenimiento de energía eólica (terrestre y marina) en l’Ametlla de Mar que estaría financiada por las empresas participantes en Zèfir, lo que beneficiaría al territorio.

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