Gemasolar, primera central termosolar con almacenamiento de sales fundidas

España es un líder mundial en energía termosolar, un tipo de energía renovable que consiste en el aprovechamiento del calor del sol para producir electricidad. Esto de por sí ya está muy bien, pero cuando se combina este tipo de energía con técnicas de almacenamiento térmico mediante sales fundidas, se puede generar energía eléctrica con el sol las 24 horas al día durante muchos meses al año.

Gemasolar es la primera termosolar comercial del mundo que aplica la tecnología de receptor de torre central y el almacenamiento térmico en sales fundidas. La termosolar podrá cubrir la demanda máxima de electricidad que ocurre durante la noche en los días más calurosos del año y sumar la ventaja económica de que el mercado paga un precio más alto por la electricidad durante las horas “pico” (de 13 a 23 horas en verano y de 12 a 22 en invierno).

Cada heliostato (panel de espejos) tiene una superficie reflectante de 110 metros cuadrados y sigue al sol con dos motores operados por sistemas electrónicos que reajustan la posición 15 veces por minuto.

El sistema de acumulación en sales utiliza 60% de nitrato de potasio y 40% de nitrato de sodio. Esta combinación es capaz de retener hasta el 99% del calor durante un lapso de 24 horas. Las sales fundidas, utilizadas como fluido de transferencia térmica, alcanzan temperaturas por encima de los 500°C.

El nitrato de potasio es uno de los medios más seguros y baratos para acumular energía. En la Edad Media, se utilizaba para conservar los alimentos y todavía se utiliza en la producción de carnes en conserva o como aderezo. El nitrato de potasio también se utiliza en la pasta dental, así como en los fertilizantes de jardín.

El aumento considerable de la eficiencia energética de esta planta, asegura la producción eléctrica durante unas 6.500 horas al año, 1,5-3 veces más que otras energías renovables. De este modo, suministrará energía limpia y segura a 25.000 hogares y reducirá en más de 30.000 toneladas al año las emisiones de CO2.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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