Japón no descarta una nueva explosión en la central nuclear de Fukushima

Una catástrofe nuclear amenaza a Japón, dos días después de un terremoto seguido por olas gigantes que arrasaron la costa oriental de la isla. Un volcán en el sur aumentó los problemas, y ahora una nueva falla en una otra plata atómica colocó a Japón frente a una catástrofe nuclear sin precedentes. Informes extraoficiales, no desmentidos dan cuenta de la existencia de una fusión de nucleo en la central nuclear de Fukushima.

Esta fusión de nucleo ocurre cuando el combustible nuclear cambia de estado sólido a líquido por efecto del calentamiento del combustible, ya sea debido a un aumento de potencia o la imposibilidad de ser refrigerado. En el caso de las centrales nucleares de Japón, la causa es el colapso de los sistemas de refrigeración, provocado por el terremoto y el posterior maremoto.

Un portavoz del gobierno admitió que era muy probable que haya ocurrido una fusión de nucleo parcial en un reactor nuclear.

Por la gravedad de los incidentes, las autoridades evacuaron una zona de 20 kilómetros de radio alrededor de la planta. Hasta ahora habrían sido evacuadas 200.000 personas, a la par que se comenzó con la distribuición de pastillas de yodo, para proteger la glándula tiroides de las personas contra los isótopos radiactivos.

Poco después de las 16:00 GMT, citando fuentes de los bomberos de la ciudad, la agencia de noticias Kyodo confirmó que el sistema de refrigeración de la planta nuclear AKW, en Tokai, ubicada a unos 120 kilómetros al norte de Tokio, también colapsó.

Los problemas pusieron en riesgo el sumistro de energía eléctrica a Tokio, ciudad en la que se anunció racionamiento en las próximas horas.

Poco más al norte, autoridades y operadores de la planta nuclear intentan controlar la planta nuclear de Fukushima, en la que ya se produjo una explosión que emanó radiaciones contaminantes en la víspera.

Hasta ahora, la gravedad del accidente fue catalogada en el nivel 4 de la escala de la Agencia Internacional de Energía Atómica, la misma que le califica como una accidente con consecuencias locales.

Mientras tanto, el gobierno del primer ministro Naoto Kan calificó la actual crisis como la peor desde la segunda guerra mundial.

En Fukushima la presión de los reactores 1,2 y 4aumenta de manera permanente, aunque la que más procupa es el reactor 4, que aparentemente está fuera de control. Ese reactor operaba con plutonio, un elemento radiactivo más nocivo que el uranio para las personas. Hasta ahora se registró 160 personas afectadas por la radiación.

Mientras unos intentan mantener la amenaza nuclear bajo control, miles de personas se movilizan para intentar rescatar a probables sobrevivientes del terremoto, de escala 9 en la escala de Richter, y el posterior maremoto.

Las réplicas del terremoto continuan. Se registraron 25 con magnitudes superiores a 6 grados en la escala de Richter y expertos alertan la posibilidad de que se produzca una nueva réplica de hasta 7 grados.

El jefe de Gabinete del Gobierno japonés, Yukio Edano, ha reconocido que es posible que se produzca una nueva explosión en el reactor 3 de la central nuclear de Fukushima-1, la más afectada por el violento terremoto del viernes que ya provocó este sábado una explosión en el reactor 1 de la misma planta y una fuga raodiactiva.

En cualquier caso, Edano ha asegurado que la vasija de los reactores resistiría del mismo modo que en el caso del reactor 1.

"No se puede descartar una explosión porque el hidrógeno se está acumulando en el tercer reactor igual que ocurrió con el primer reactor en la tarde del sábado", ha afirmado Edano en rueda de prensa, según recoge la agencia de noticias japonesa Jiji.

La explosión del sábado voló el techo y parte de las paredes del edificio que alberga el reactor 1 de Fukushima-1 debido al hidrógeno que se filtró desde el depósito que alberga el oxígeno. Sin embargo, "la vasija de contención fue lo suficientemente sólidad como para resistir la explosión, igual que ocurriría en el caso del reactor 3", ha explicado Edano.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.