La eólica en Europa: instalados 9.883 MW eólicos en 2010

Las instalaciones de energía eólica en tierra cayeron un 13,9 % en Europa en comparación con 2009, hasta los 8,4 gigavatios en 2010, frente a los 9,7 GW del año anterior. "Estas cifras avisan de que no podemos dar por hecho la financiación constante para las energías renovables", señaló el presidente de EWEA, Christian Kjaer.

Según Kjaer, "se necesita más financiación urgentemente, y la UE debe actuar sin retraso para evitar que Europa pierda su liderazgo en energía eólica y otras energías renovables". Las nuevas turbinas eólicas instaladas en 2010 tenían una capacidad de 9,3 GW (un 10 % menos que en 2009) y permitieron elevar el total de producción hasta los 84 GW a finales del año pasado.

EWEA destaca los avances logrados en los mercados eólicos de Rumania, Polonia y Bulgaria, pero indica que no sirvieron para compensar los retrocesos registrados en España, Alemania y Reino Unido. No obstante, el fuerte desarrollo de la energía eólica se debe fundamentalmente a Reino Unido, Dinamarca y Bélgica, aseguró Kjaer.

En total, el mercado de energías renovables alcanzó niveles récord en 2010, con un aumento del 31 % al pasar de 17,5 GW en 2009 a 22,6 GW en 2010. El 41 % de las instalaciones fueron renovables. La eólica supuso el 17 % de la capacidad energética nueva generada en 2010, el primer año desde 2007 en el que la UE no instala esta tecnología por encima de otras.

EWEA afirma que en términos generales la UE sigue alejándose de las energías fósiles y la nuclear, ya que el desmantelamiento de viejas centrales supera la instalación de centrales nuevas. Sin embargo, por segunda vez desde 1998, la UE instaló más centrales energéticas a base de carbón de las que cerró.

En cuanto al gas, se instaló capacidad por valor de 28 GW, comparado con los 6,6 GW de 2009. El gas representó el 51 % de toda la energía. EWEA calcula que las turbinas eólicas instaladas en 2010 generarán una producción anual de 181 TWh y supondrá un 5,3 % de la energía consumida en la UE.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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