AEE presenta el estudio del impacto macroeconómico del sector eólico en España

En estos momentos, la incertidumbre regulatoria mantiene paralizado al sector, que en 2009 perdió más de 5.000 empleos y redujo su aportación al PIB al 0,34%.

Aún así, la energía eólica sigue logrando importantes ahorros para la economía española: entre otras cosas, sustituyó importaciones de combustibles fósiles por valor de 1.541 millones en 2009.

El sector eólico necesita un nuevo marco regulatorio que le dé estabilidad y atraiga la inversión para poder cumplir los objetivos europeos de 2020 y seguir creando riqueza en España.

2009 fue un año difícil para el sector eólico y supuso un punto de inflexión en su desarrollo. El impacto del Registro de Preasignación que nació al amparo del Real Decreto 6/2009, unido a las crecientes contraprestaciones económicas y barreras administrativas que implican los concursos autonómicos y la crisis económica, han provocado un cambio de tendencia. La aportación directa e indirecta al PIB español del sector eólico fue de 3.207 millones de euros, lo que representa un descenso del 15,7% respecto a 2008 y rompe la tendencia al alza de los años anteriores. Ésta es una de las conclusiones del Estudio del impacto macroeconómico del sector eólico en España en 2009, elaborado por la consultora Deloitte y presentado hoy en Madrid por la Asociación Empresarial Eólica (AEE). La eólica representa el 0,34% del PIB, frente al 0,39% de 2008.

No obstante, si se suman los datos de los últimos tres años, la aportación al PIB del sector fue de 6.197 millones de euros, periodo en el que las primas que percibió la eólica sumaron algo más de la mitad, 3.706 millones de euros. Estas primas al sector eólico han costado 1,3 euros al mes a cada hogar medio español en el periodo, a la vez que han supuesto ahorros importantes para los grandes consumidores industriales.

Según los datos aportados por Deloitte, el sector daba empleo (directa e indirectamente) a 35.719 personas a finales de 2009, lo que supone una reducción de más de 5.000 empleos respecto al año anterior. AEE ya advirtió que se produciría esta destrucción de empleo como consecuencia de la puesta en marcha del Registro de Preasignación en mayo de 2009. Esta tendencia se está prolongando en 2010, año en el que la incertidumbre regulatoria mantiene paralizada una parte importante de la actividad del sector.

En 2009, el sector eólico continuó ahorrándole dinero a la economía española, según el estudio. El ahorro logrado por la sustitución de importaciones de combustibles fósiles ascendió a 1.541 millones de euros. Asimismo, se ahorraron 270 millones como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero evitadas. Además, el sector exportó por valor de 2.104 millones el pasado año, aportó 213 millones a la balanza fiscal e invirtió 156 millones en I+D+i.

“La principal conclusión que se deriva del análisis realizado es que el sector eólico español es un referente para la economía nacional. La posición competitiva alcanzada no debe desaprovecharse”, afirma Deloitte. La consultora hace hincapié en que el eólico es un sector clave para “el futuro de la sociedad” por su efecto mitigador del cambio climático, la reducción de la dependencia energética española y la necesidad de “desarrollar industrias que aporten valor añadido y contribuyan a la generación de empleo cualificado e impulsen el cambio de modelo productivo que necesita España”.

Deloitte también hace referencia a los retos que se enfrenta el sector en el futuro, entre los que destaca la necesidad de definir “un marco regulatorio adecuado, previsible y estable, como se hizo en el pasado”; la especialización en las actividades “con mayor valor añadido” en pos de la mayor competitividad de la industria; una “apuesta decidida” por la I+D+i; y la internacionalización del sector.

La situación en 2010 y el horizonte a 2020

Tras la presentación de las cifras de 2009, Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas de AEE, hizo referencia a la situación de 2010, año en el que se ha frenado el ritmo de instalación respecto a años anteriores. Asimismo, se refirió al Plan Nacional de Energías Renovables (PANER) 2010-2020, que el Gobierno ha enviado a Bruselas como hoja de ruta para cumplir los objetivos exigidos a los países de la Unión Europea en 2020. Estos objetivos, que son vinculantes, exigen que en diez años el consumo de energía procedente de fuentes renovables sea del 20%. En lo que va de año, la eólica ha cubierto cerca del 17% de la demanda de electricidad de España.

Según los documentos enviados a Bruselas, el Gobierno prevé que en 2020 haya 35.000 MW de eólica terrestre instalados en España, así como 3.000 MW marinos. José Donoso, presidente de AEE, afirmó la importancia de “definir ya un marco regulatorio predecible y estable que permita al sector retomar su actividad, paralizada en los últimos meses, y cumplir estos objetivos”. El presidente de AEE recordó que el sector está pendiente de que se plasmen en ley los acuerdos alcanzados con el Ministerio de Industria en julio y de comenzar las negociaciones sobre el marco regulatorio futuro.

Donoso concluyó que el informe de Deloitte demuestra que, a pesar de las dificultades, “la eólica sigue siendo una gran apuesta para la economía española”.

Alfonso Beltrán, director general del IDAE, cerró el acto. Señaló que "el sector eólico ha demostrado que en España hacemos bien las cosas” y se mostró confiado en que “las incógnitas regulatorias se vayan despejando”. “Todos estamos de acuerdo en que la eólica debe seguir siendo un caso de éxito”, añadió.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

www.aeeolica.es/userfiles/file/aee-publica/WEBInforme%20MACROECONOMICO%202010.pdf

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